La ciudad de Europa en la que se ha prohibido arrastrar maletas con ruedas

  • El ruido de las maletas sobre el pavimento y el deterioro de este es el motivo por el que se han prohibido este tipo de equipaje en el centro histórico

  • El gobierno ha tomado esta medida para asegurar el bienestar de los residentes

  • La multa por velocidad más alta del mundo: el infractor podría librarse pese a triplicar el límite máximo permitido

A finales del siglo XIX surgieron los viajes de placer, y la organización y las guías de viaje germinaron conjuntamente. La historia y evolución de la maleta se inicia con los viajes de larga distancia a finales del siglo XIX. Dichos viajes se realizaban en tren o en barco, y para facilitar el almacenamiento y el traslado del equipaje aparecieron los primeros bultos de mano. Estos bultos eran primitivas cajas de madera recubiertas con protecciones.

Posiblemente las dos personas más influyentes en la historia y evolución de la maleta fueron Louis Vuitton y Jesse Shwayder. No obstante, fue en 1970 el estadounidense Bernard Sadow patentó una maleta con ruedas para desplazarse por los aeropuertos con más agilidad. 

Sin embargo, no fue hasta 1987 cuando se dio con el diseño actual. El piloto Robert Plath añadió a su maleta dos ruedas y un tirador para llevar la maleta, rodando, de forma vertical. Después utilizó la misma solución en las maletas de sus compañeros de aerolínea. Así se inventó la maleta “Rollaboard”.

Aunque todo son ventajas para los viajeros, el problema con las maletas de ruedas está de puertas para fuera de los aeropuertos y estaciones de tren y autobús, su movimiento en las calles hace tanto ruido que parece que tienen los días contados, al menos en territorio europeo.

Dubrovnik, la perla del Adriático, ha sido la pionera en prohibir maletas con ruedas en su casco histórico. Desde que se convirtió en el escenario de la serie `Juego de Tronos´, la ciudad ha experimentado un sorprendente aumento de visitantes, para ser exactos, del triple.

El ruido que generan las maletas con ruedas en sus calles más céntricas se convirtió en un problema y precisamente por eso, el alcalde de la ciudad, Mato Franković, ha tomado la medida de prohibir las maletas con ruedas en el centro histórico. Según ha explicado, el ruido que producen estas maletas al rodar por las calles empedradas es insoportable para los vecinos, y además deteriora el pavimento. Por eso, este verano, los turistas han tenido que cargar sus maletas a mano o dejarlas en unos puntos de recogida habilitados por el ayuntamiento, previo pago de una tasa.

Esta normativa tiene como objetivo proteger la calidad y bienestar de vida de sus ciudadanos, ya que las maletas de ruedas provocan contaminación acústica en su casco antiguo y no se podrán arrastrar por el suelo en esta zona. De esta forma, su prohibición no es total, sino que los turistas pueden llegar hasta su alojamiento con las maletas a cuestas, sin arrastrarlas.

Más restricciones durante noviembre

A partir de noviembre, la medida se endurecerá aún más, ya que se implementarán taquillas de equipaje obligatorias. Estas permitirán almacenar el equipaje de los viajeros, quienes tendrán prohibido moverse por el centro de la ciudad con cualquier tipo de maleta.

Según el diario croata Jutanji List, los viajeros deberán depositar sus maletas en los casilleros, y posteriormente, el ayuntamiento se encargará de llevarlas a su lugar de alojamiento con coste adicional. Sin embargo, esto es solo el comienzo, ya que se pretende establecer un centro logístico en el aeropuerto para que el equipaje sea entregado directamente a los lugares de residencia de los viajeros.

Esta medida, que puede sorprender a los visitantes desprevenidos, forma parte del conjunto de normas implementadas en los últimos años como parte del programa "Respeta la ciudad", dirigido exclusivamente a los turistas. El objetivo es mejorar la calidad de vida de los habitantes de Dubrovnik, evitando que se vea afectada por el turismo masivo en ocasiones.

El objetivo es mejorar la calidad de vida de los habitantes de Dubrovnik, evitando que se vea afectada por el turismo masivo en ocasiones. Con estas medidas, Dubrovnik pretende preservar su patrimonio histórico y cultural, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, y mejorar la convivencia entre los residentes y los turistas. Asimismo, busca promover un turismo más sostenible y responsable, que respete el medio ambiente y la identidad local.