"La soledad es esta conquista que devuelve el goce de las cosas". Quien dice esto es Sylvain Tesson (París, 1972), geógrafo, alpinista, escritor y viajero solitario. Ha atravesado el Himalaya a pie y las estepas de Asia Central, ha dado la vuelta al mundo en bici, ha transitado por las rutas napoleónicas en sidecar y pasó medio año en Siberia habitando una cabaña a orillas del lago Baikal. Acostumbra a viajar de forma austera y sin más compañero que su paciencia.
¿Y si la felicidad fuera disponer de soledad, espacio y silencio? Recogemos el testimonio de varios lectores acostumbrados a emprender el viaje sin compañía, o en grupos que, en un principio, estuvieron compuestos por gente desconocida y que enseguida pasaron a no serlo en absoluto.
Hellen Faus, veterinaria y emprendedora nacida en Madrid en 1968, le tomó el gusto muy joven. Y viendo su actividad frenética, no es extraño. ¿Cuántos podrían seguirle el ritmo? Hija del montañero y escalador Agustín Faus, ama la naturaleza, la aventura, lo diferente, conocer paisajes, culturas, gentes y, de paso, un poquito más de sí misma. A pesar de haberse criado en un ambiente de montaña y expediciones, su pasión es el mar. Ha buceado en mares y océanos de todo el mundo, a veces en lugares muy remotos.
En invierno de 2019 tomó un tren ruso para seguir la ruta de las auroras boreales por todos los parajes nevados de Rusia. Desde Moscú hasta su ciudad más habitada al norte, Murmarsk, más allá del Círculo Polar. Ese mismo año, en julio, se trasladó a Sudáfrica para asistir, sobre una lancha, al mayor espectáculo del mundo submarino, el Sardine Run. Tras desovar en las aguas frías, millones de sardinas emprenden una apabullante carrera hasta aguas más cálidas. Y son seguidas por innumerables especies de tiburones, delfines, ballenas, atunes y extraordinariamente orcas. "Naturaleza salvaje, pero de verdad, en estado puro". Era uno de sus sueños desde que empezó a bucear, en 2003.
A diferencia de Sylvain, al principo Hellen buscaba un grupo con el que compartir ese viaje que emprendía sin contar con nadie más. "Antes de existir internet -nos cuenta-, ponía notas en los tablones de anuncios de los alojamientos por donde pasaba para encontrar gente que quisiera compartir alguna parte del viaje o ruta que tenía previsto y siempre nos juntábamos varios que viajábamos solos por el mundo". Además de vivir una experiencia fantástica, servía para repartir gastos.
Este modo de viajar se convirtió en un estilo de vida e inspiró su plataforma viajarsolo.com. La abrió en 2002, siguiendo su propia experiencia y esa necesidad de viajar solo, pero en grupo, que ha ido descubriendo en los lugares que visita. Cree que emprender un viaje sin compañía, pero con el respaldo de una agencia ofrece muchas ventajas. "Compartes viaje con personas que están en la misma situación. Es decir, que emprenden el viaje solos, pero quieren sentirse integrados. Los grupos son reducidos y al ir todos solos, todo el mundo se siente muy cómodo y seguro desde el primer momento. Solo te ocupas de preparar tu maleta y pasarlo bien".
Libertad, tiempo para uno mismo, descubrimiento y la posibilidad de conocer gente fantástica. Son algunas de las razones que exponen las personas que viajan solas. Y a partir de los 50, son muchas las que lo hacen. Se han quitado miedos, complejos y otras creencias limitantes que en otra época más joven le habrían frenado. "Según pasan los años -confirma Hellen- vemos cómo va subiendo la media de edad. Y es normal, puesto que estamos muy bien de salud y disfrutamos de una situación económica que nos permite hacer lo que de verdad nos gusta y con mayor libertad. De hecho, creo que es la mejor etapa para disfrutar y aprovechara estas oportunidades".
Por lo que puede apreciar, sobran ganas. "La gente que viaja con nosotros -continúa- es mucho más flexible con el destino en sí, para dar más valor a las experiencias, al grupo que ya puede estar formando y, sobre todo, a la exclusividad y características únicas de nuestras propuestas". Por eso, no hay preferencias, sino que cada año o temporada el destino más demandado acaba siendo una sorpresa.
Francisco, usuario de Solteros por el Mundo, una plataforma que organiza escapadas para singles, valora, sobre todo, la posibilidad de conocer gente . "He descubierto lo divertido que es hacer amigos después de los 50. Si a los 40 me hubiesen dicho que 17 años después ampliaría mi círculo, me habría reído con ganas. Es verdad que no siempre son vínculos profundos, pero al menos sabes que compartes estilo de vida y el interés por explorar mundo".
Elena Trilles, directora de esta agencia, nos cuenta que la idea nació de una profunda pasión por los viajes, pero también del deseo de cubrir de una manera adecuada las necesidades y gustos de personas solteras mayores de 40. "Quisimos crear un espacio donde los viajeros solteros, divorciados o viudos pudieran conectar con otros singles que compartieran sus intereses y valores, y al mismo tiempo explorar destinos asombrosos en todo el mundo. Desde entonces, no hemos dejado de diseñar viajes que combinan la aventura, la diversión y la oportunidad de hacer nuevas amistades. Esto crea una sensación de comunidad que enriquece significativamente la experiencia de viaje".
Elena observa que, con el paso de los años, la gente tiene una mayor claridad sobre las preferencias de destino y lo que desea experimentar en los viajes. "Esta etapa de la vida es perfecta para explorar el mundo, crear recuerdos memorables y disfrutar de la libertad que brinda el viaje. De hecho, tenemos algunos viajes clasificados por rango de edad para que la interacción social sea mucho más enriquecedora y las conexiones se den de forma más orgánica".
Después de recorrer prácticamente todo el mundo, tanto Hellen como Elena y Francisco reconocen que este modo de viajar ensancha el alma y engrandece el espíritu. Es algo que comparten con muchas personas que han encontrado en la madurez el encanto de emprender una experiencia solo, libre y ensimismado. Volviendo al pensamiento de Tesson, "el frío, el silencio y la soledad son estados que en el futuro serán más preciosos que el oro".