El barrio que parece Notting Hill pero está en España

Notting Hill, ese barrio en el que Hugh Grant tenía una librería con la puerta azul, es uno de los más elegantes y reconocibles de Londres; mundialmente conocido por sus boutiques de lujo, tiendas vintage y casas color pastel. Pero no es el único barrio colorido del mundo. Ese aspecto cosmopolita a la par que pintoresco también podemos encontrarlo en algunas zonas de Oporto, en los pueblos de la costa italiana de Amalfi o en un barrio de una ciudad situada al norte de España.

Nos referimos a Iralabarri, uno de los grandes desconocidos de Bilbao, especialmente para los turistas que suelen centrarse en otras ubicaciones icónicas como el Casco Viejo o el Museo Guggenheim. Este barrio de la capital vizcaína lo podemos encontrar principalmente entre las calles Baiona, Kirikiño y Zuberoa. Y perderse entre sus características casas rojizas, verdes y azules de entre dos y tres alturas es lo más parecido a pasear por el emblemático barrio londinense.

Una panificadora, centro neurálgico del barrio

Los orígenes del barrio hay que buscarlos a principios del siglo XX, cuando el empresario Juan José Irala llegó desde Madrid para fundar Harino Panadera, una compañía que se convertiría en el centro neurálgico de la zona porque daba empleo a muchos de sus vecinos. Se decía que se respiraba un irresistible aroma a pan crujiente y recién hecho. El barrio prosperó y donde al principio solo había huertas y casas bajas se erigieron edificios que combinaban el estilo inglés con la identidad vasca y algunos detalles modernistas bajo las directrices de los arquitectos Federico De Ugalde y Enrique Epalza.

La Sociedad de la Templanza

También se construyeron escuelas, servicios médicos y tiendas. Incluso un centro de apoyo y rehabilitación para personas con problemas de alcoholismo que se llamó la Sociedad de la Templanza y adquirió gran relevancia en la ciudad.  Irala buscaba crear un estilo de vida colectivo y favorecer la creación de una identidad comunitaria en el barrio. Su planteamiento llamó la atención de otro gran urbanista de la época, Arturo Soria, que en aquel momento ya planteaba una alternativa similar en Madrid; la de Ciudad Lineal.

Entonces se hicieron más casas de las que se conservan hoy. En los años 70 y 80 se demolieron muchas para construir nuevos edificios con una estética diferente. Hoy, una parte de la antigua panificadora, declarada monumento por el Gobierno Vasco, alterna su uso público con el mantenimiento de la maquinaria destinada a la molienda del trigo. Y escondidas entre las calles más antiguas del barrio se pueden encontrar las casas inglesas, guardianas de la historia de Iralabarri, una aldea dentro de la ciudad.

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