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Dónde vivir es algo que muchas veces no nos planteamos, nos viene dado por el lugar en el que hemos nacido y crecido o en el que hemos estudiado y acabamos formando una carrera profesional. Luego está quien se atreve a mudarse a otra ciudad, otro país u otro continente en busca de su felicidad, del trabajo de sus sueños o de las metas que quiere conseguir. Sin embargo, la calidad de vida no es igual en todas las urbes o pueblos y, por ejemplo, en Europa la ciudad con mejor calidad de vida quizá no te la esperas. Y no, no está en España.
Ha sido la propia Comisión Europea la que ha realizado este informe que dicta la ciudad con la mejor calidad de vida de Europa a partir de una encuesta desarrollada en 2023 y que amplía un trabajo ya hecho en 2019 y 2020 sobre las localidades más habitables en el continente. En concreto se estudiaron un total de 83 ciudades europeas con resultados más que interesantes, como que la satisfacción sobre las urbes ha caído si se compara con los datos de 2019, aunque prácticamente el 90% de los encuestados está satisfecho con el lugar donde vive.
No obstante, una diferencia existente es como las ciudades más pequeñas son las preferidas para la vida de las familias con niños o de las personas mayores porque sienten una mayor sensación de seguridad y de limpieza en sus calles.
Pero si hablamos de la ciudad con mayor calidad de vida de Europa, la encuesta de la Comisión Europea elige a Zúrich como la localidad donde se vive mejor. ¿Por qué? Quienes viven en ella se muestran felices y contentos con su trabajo y su carrera laboral, por tanto, también con su nivel económico, además de valorar positivamente los servicios sanitarios o del transporte público. Eso sí, subrayan como aspecto negativo el elevado precio de la vivienda.
La ciudad suiza no es de las más grandes del continente, tiene alrededor de 450.000 habitantes, lo que hace que pueda ser fácilmente visitable a pie, reduciendo el tráfico en sus calles, además de que el transporte público está valorado en ella. Su belleza también tiene mucho que ver, bañada por la corriente del río Limmat, o al contar con la esfera de reloj más grande de Europa en su iglesia de San Pedro.