La imponente mina de hierro que puedes visitar en Galicia

El norte de España es conocido desde la época romana por su enorme potencial minero. Desde aquellos remotos días, se han venido explotando todo tipo de minas repletas de metales valiosos. Muchas de ellas ya no se explotan, pero se han convertido en reclamos turísticos. En el municipio gallego de A Pontenova queda una enorme herencia minera que aún es palpable a día de hoy. De hecho, en la primera mitad del siglo XX la explotación minera transformó el paisaje del municipio con la construcción de bocaminas, hornos de calcinación y hasta una línea de ferrocarril a la costa.

Mina Consuelo es una de las explotaciones de la época que ahora se puede visitar para avistar las profundidades de la tierra.

La cuenca del río Eo acogió la mayor explotación del hierro a mayor escala en esa zona de A Pontenova. La aldea de Vilaoudriz posee los depósitos de hierro más antiguos. Estas minas, junto a las de Viveiro, fueron las más grandes de toda Galicia. Llegaron a extraerse hasta dos millones de minerales y su actividad se mantuvo hasta 1965.

Explorando la Mina Consuelo

Hoy en día, la tendencia es recuperar para el turismo todas esas explotaciones abandonadas. Gracias a un proyecto de recuperación del patrimonio minero, ya es posible recuperar las cavidades de la Mina Consuelo. Hasta el momento hay topografiados 3.345,60 metros, "que la sitúan como el segundo mayor paraje espeleológico de Galicia tras Rei Cintolo (con más de 7.700 metros)", señalan desde Turismo de A Pontenova. 

Gracias a esta iniciativa, ya se dispone de un plano exacto de la mina que sirve de punto de partida para las incursiones turísticas. Para llegar a la Mina Consuelo, hay que llegar a Lugo, donde podrá visitarse su fascinante recinto amurallado, y desde ahí llegar en coche por la N-640.

Una vez allí, los visitantes podrán explorar el interior de la mina, donde se puede observar la mayor colonia invernante de murciélago de herradura mediterráneo. Tras la visita a la mina, los visitantes pueden sumarse a otras actividades, como un descenso en tirolina de más de 300 metros de longitud, realizar algunas rutas de senderismo. Entre ellas, destacan la Ruta dos Fornos, por los antiguos hornos de calcinación, así como antiguas instalaciones del ferrocarril. Otra atractiva propuesta es la Ruta del Ferrocarril en bicicleta, que recorre la antigua vía del tren minero y donde es posible disfrutar de un paisaje que recorre la historia del hombre y la naturaleza.

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