Pocas comunidades autónomas pueden presumir de una variedad de paisajes tan fascinantes como Galicia. Entre sus bosques, sus playas y sus lugares con historia, destaca algo inaudito: una impresionante piscina de aguas termales que mantiene la misma temperatura todo el año.
Esta joya de la naturaleza se encuentra en Villalba, en la provincia de Lugo. Se la conoce como la Charca o Alligal y está situada en la parroquia de Codesido. Este pozo natural, que recuerda a los cenotes mexicanos, se ha convertido en un increíble lugar para poder darse un chapuzón en cualquier época del año en medio de un exuberante entorno natural.
El origen de la charca se remonta al año 1930, cuando se construyó una piscina de piedra mucho más pequeña para canalizar las aguas que brotan del terreno. En la actualidad, tiene tiene 30 metros de diámetro y sus aguas se mantienen a una temperatura estable de 23 grados centígrados durante los doce meses del año.
Las aguas termales de esta charca son buenas para relajarse, pero, además, tienen propiedades medicinales. En la web de turismo de Vilalba enumeran sus propiedades: se han utilizado como terapia contra enfermedades reumáticas como la artritis y otras afecciones dermatológicas, como la psoriasis o la dermatitis atópica. Todas estas enfermedades tienen un claro componente inflamatorio.
Aunque un simple baño basta para relajarnos, se dice que para que el baño tenga efectos terapéuticos hay que sumergirse entre siete y once veces. Quienes deseen probar la experiencia, pueden dejar el coche en el aparcamiento aledaño, aunque si se quiere usar los vestuarios o tomar algo cerca de la piscina tendrá que esperar a la temporada estival, cuando hay afluencia máxima de visitantes.
El acceso a la piscina termal es gratuito, lo que facilita la llegada de visitantes. Quienes lleguen hasta allí disfrutarán de un bosque de abedules y otras especies arbóreas que dan cuenta de estar rodeados de naturaleza. Después del baño, el visitante podrá pasear por las rutas que parten de la alberca. La mayoría conducen a Villalba y a otras zonas del municipio que, en estos días, desvelan leyendas encantadas.