Solo un establecimiento de nuestra ingente oferta hotelera ha conseguido formar parte de la lista de los 50 mejores hoteles del mundo. Se encuentra en un edificio espectacular en pleno centro de la capital, aunque dormir en una de sus habitaciones o disfrutar de sus servicios es un placer al alcance de pocos. En Uppers nos hemos acercado al Four Seasons de Madrid, el único hotel español entre los 50 mejores del mundo, según The World's 50 Best Hotels.
El hotel Four Seasons de Madrid, uno de los más exclusivos y lujosos de la capital, se ha posicionado en el puesto 32 de este ranking. El emplazamiento, la arquitectura de la fachada, el spa, los restaurantes, el clasicismo de la estructura, la moderna decoración y hasta las sábanas de sus habitaciones son puntos a favor.
El “único problema” que presenta es el precio, un aspecto nada preocupante para sus clientes. Nunca como hasta ahora el lujo había alcanzado tales dimensiones con un tipo de alojamientos distintivos, más numerosos de lo que creemos, que hacen sentir a sus huéspedes como si fueran únicos en el planeta. Todos ellos tienen una altísima demanda tal como sucede en el Four Seasons de Madrid.
El hotel dispone de 200 habitaciones, suites, lofts e incluso de un espectacular apartamento, la Suite Real, con 400 metros cuadrados de superficie. Solo una noche fuera de temporada puede suponer un desembolso de unos 800 euros diarios si se elige dormir en una habitación superior, la gama más baja del establecimiento, pero preciosa en su decoración y con todo tipo de detalles embriagadores. Estas estancias suman entre 45 y 50 metros cuadrados, tienen vistas a un patio al aire libre oculto en el centro del edificio y se completa con un baño completo de mármol con ducha y bañera independientes.
A partir de esta opción en el Four Seasons de Madrid sube el presupuesto. Una de sus mejores suites con 172 metros cuadrados de superficie puede suponer unos 5.800 euros por noche. Tiene dos dormitorios, una gran sala de estar con balcón francés, comedor, espacio de trabajo, dos baños completos de mármol, tocador para visitas e incluso despensa. En cuanto a la joya del hotel, la Suite Real, su precio no aparece publicado. Repleto de detalles históricos originales, se trata de un apartamento palaciego con techos de doble altura ubicado en el distintivo punto triangular de la segunda planta del hotel, la antigua planta noble con vistas a la Calle de Alcalá.
Como zonas comunes, en la séptima planta también se ha dado vida a la azotea del edificio con la apertura de dos restaurantes. Así, la Terraza Dani Brasserie del chef Dani García es una buenísima opción en cuanto a carta y panorámica que se ha incorporado al catálogo de establecimientos de restauración en altura de Madrid con un gran éxito. Lo mismo sucede con Isa Restaurant & Cocktail Bar, un espacio donde se fusiona la cocina callejera asiática con una exquisita coctelería de autor.
Tal vez al hotel le faltarían unos bonitos jardines o una espectacular piscina de exterior, sin embargo, en su quinta planta dispone de un centro de bienestar increíble de 1.450 metros cuadrados en cuatro niveles con spa, terraza, solárium y una deliciosa piscina climatizada. Además de tratamientos especiales que recomponen el cuerpo y la mente, se ofrecen sesiones de yoga al amanecer o experiencias impartidas por expertos en salud de reconocido prestigio en todo el mundo.
A ello se añade el que el hotel se ha concebido como una galería de arte en toda regla pues entre su cuidada decoración de las estancias y rincones comunes se reparten unas 1.500 piezas que pertenecen a artistas clásicos históricos y a autores contemporáneos españoles. A su vez, en una parte de la planta a pie de calle y en un piso bajo tierra se han abierto la Galería Canalejas, un complejo de tiendas de marcas de lujo y restaurantes que comparten los huéspedes con el acceso libre del público.
En 2020 la cadena Four Seasons se ocupó de rehabilitar el edificio respetando su fachada y su imponente chaflán donde confluyen el número 14 de la calle Alcalá y los números 3 y 5 de la calle Sevilla de Madrid. Gracias al resultado final, se dotó a la zona de una nueva imagen espectacular y un acceso peatonal a la Puerta del Sol de Madrid.
Lo cierto es que cuando uno pasea por el lugar podría estar varias horas contemplando todas y cada una de las peculiaridades de su arquitectura: las puertas, los grandes ventanales, los balcones y las balaustradas, los faroles con globos como los que se instalaban en el París de la época, los arcos y las ménsulas clásicas decoradas y la ornamentación en forja o en piedra con formas vegetales e incluso con cabezas de elefantes.
En realidad, el nombre original es el de Palacio de la Equitativa, cuya planta ya era trapezoidal en sus inicios. Lo construyó a finales del siglo XIX José Grases Riera para albergar la sede de la Compañía de Seguros La Equitativa, filial en España de la estadounidense The Equitable Life Assurance Society. Más tarde el Banco Español de Crédito, actualmente Banco Santander, adquirió la entidad y la propiedad del edificio pasó a sus manos. En 2012 la vendió al grupo OHL, un año en el que el inmueble fue declarado bien de interés cultural, junto con otros cinco construidos en las mismas calles. Después comenzó la conversión en hotel.
José Grases Riera distribuyó la arquitectura del edificio en tres cuerpos horizontales separados por cornisas y balconadas. El primero se destinó a comercios y a oficinas, el central a intereses representativos y el superior a uso doméstico. Los sótanos, el espacio que hoy ocupa la hostelería de la Galería Canalejas, eran las bodegas para el uso de los inquilinos de las viviendas y de los locales de alquiler.
La distribución imitaba la de los palacios clásicos cuando todavía no se habían inventado los ascensores. Pero sin duda lo más llamativo es el chaflán del inmueble, cuyo interior alberga, entre otras estancias, la suite real del hotel. Este chaflán es una rotonda cilíndrica que el arquitecto remató con un torreón, donde la balaustrada corrida de la planta principal se sustenta por cabezas de elefantes. Según se asciende da la hora un reloj en bronce dorado coronado por un templete de finas columnas y una cúpula bulbosa.
El 17 de septiembre de 2024 tuvo lugar en el Guildhall de Londres, Reino Unido, la ceremonia de entrega de los galardones The World's 50 Best Hotels. El primer puesto fue para el hotel Capella Bangkok de Tailandia.
La intención de la organización, que asegura ser totalmente independiente, es funcionar como una guía definitiva de hoteles de ámbito internacional y poner en valor “la dedicación, la pasión y la habilidad” de los equipos que los gestionan y sus empleados. Esta entidad, que forma parte del grupo William Reed, también está detrás de The World's 50 Best Restaurants y The World's 50 Best Bars.
En este caso ha creado una Academia formada por 600 expertos del sector, ya sea hoteleros, periodistas o viajeros de negocios de todos los países del mundo, cuyo 25% de integrantes se renueva anualmente. Cada miembro de la Academia tiene siete votos y cuenta con libertad absoluta para nominar a cualquier hotel que considere que merece uno.
Lo peculiar es que, en principio, los que forman parte de The World's 50 Best Hotels, no están condicionados a encontrarse en ubicaciones concretas, prestar determinados servicios, disponer de ciertas instalaciones, cumplir unos requisitos o contar con un número mínimo de habitaciones. Solo tienen que permanecer abiertos durante el período de votación y no cerrar de forma permanente en los tres meses siguientes al anuncio de la lista. El objetivo de la Academia es que sus miembros emitan su voto en favor de un hotel en función de la experiencia que han vivido en él como personas anónimas.