El Camino de Santiago no es ruta apta solo para personas jóvenes acostumbradas a hacer trekking o senderismo. También es un viaje apetecible para los seniors. Según datos de la Oficina del Peregrino, en 2020, dos de cada diez viajeros que solicitaron la Compostela tenían 60 años o más.
El éxito de esta ruta turística del siglo IX, en su origen la peregrinación a la tumba del apóstol Santiago, la segunda romería más venerada de la cristiandad, después de Roma, está en la adaptación a sus diferentes públicos; en este caso, a los seniors. Algunos hacen rutas completas y pasan meses en el Camino de Santiago. Otros optan por hacer únicamente los 100 kilómetros mínimos que se necesitan para solicitar la Compostela, si se va a pie, o los 200 kilómetros requeridos, si se va en bicicleta. Pero ser peregrino también entraña otras variables que debes tener en cuenta.
La edad no es un impedimento para hacer la ruta jacobea. Lo esencial es evaluar las condiciones físicas de cada uno, al margen de la edad. De esta manera podremos escoger un trazado que no suponga un esfuerzo físico excesivo. Esta recomendación se aplica a todos los viajeros, independientemente de sus años.
Lo fundamental son las condiciones físicas. Si hay una patología previa, hay que valorar con el médico las implicaciones del viaje. Él será el que tenga la última palabra y asesorará sobre la intensidad física recomendable. A veces no hay un problema de salud específico, pero no estamos en buena forma física o la movilidad es muy lenta. El Camino de Santiago no debe hacerse a la carrera. Cada peregrino debe establecer su propio ritmo y la distancia que recorrerá en cada etapa, teniendo en cuenta que el objetivo es llegar a Compostela, pero, sobre todo, conocerse y disfrutar de la propia compañía y la de los compañeros de viaje.
En realidad hay muchos caminos que conducen al 'campo estrellado', el Campus Stellae de donde viene la palabra Compostela, pero hay algunas rutas más conocidas y demandadas: el Camino francés, portugués, el Camino del norte, el de Finisterre y el Camino Inglés.
El Camino de Santiago francés comienza en la ciudad francesa de Saint Jean de Pied de Port, en el País Vasco Francés, y continúa atravesando los Pirineos hasta llegar a Pamplona.
Esta sección es una de las más difíciles, pero también una de las rutas más bonitas de todo el Camino de Santiago. El itinerario, también conocido como Ruta de Napoleón, es especialmente bello a su paso por Roncesvalles, a 1.450 metros de altura, donde se puede contemplar el mirador de los Pirineos.
El Camino francés adaptado para los mayores también puede iniciarse desde Sarria, a unos 100 kilómetros de Santiago, para poder acreditar la distancia mínima que nos hace merecedores de la Compostela. Preciosos bosques, tierras de cultivo, aldeas rústicas, pistas y senderos bordeados por muros de piedra serán los compañeros de viaje.
El Camino portugués comienza en Oporto y entra en Galicia atravesando la majestuosidad de la costa atlántica y el verde profundo de los bosques gallegos. El Camino del norte recorre toda la cornisa cantábrica, desde San Sebastián a Vilalba, en Lugo, pasando por Bilbao, Santander y Asturias.
El Camino de Santiago a Finisterre es el único que camina a lo largo de la costa Atlántica, hasta el lugar conocido como ‘El final del mundo’ (Finis Terrae). Este camino tiene más de 2.000 años y es anterior a la cristiandad. Los antiguos moradores hacían la ruta hasta la Costa da Morte, dónde creían que el sol moría y los mundos de la luz y las tinieblas compartían el mismo espacio.
Por último, el Camino inglés va de Ferrol a Santiago. Esta era la ruta que tomaban los peregrinos procedentes de las Islas Británicas y de Irlanda para llegar hasta Santiago. Las localidades de Betanzos o Pontedeume son las más conocidas de este itinerario.
Se puede tomar cualquier etapa como punto de partida hasta Santiago de Compostela, pero si nos centramos en los 100 km que hay que conseguir y las distancias de las etapas, sabemos que los puntos de inicio más cortos son Ferrol, dentro del Camino inglés; la ciudad de Lugo, dentro del Camino primitivo o Monforte de Lemos, en el Camino de invierno. Sin embargo, ninguna de estas rutas es el camino más corto para llegar a la Catedral de Santiago.
El camino más corto parte de la etapa Sarria - Portomarín, dentro del Camino francés. Tomando como partida esta localidad, sólo recorreríamos 113 kilómetros hasta llegar a Santiago de Compostela. Las etapas que componen esta etapa son:
Las rutas del Camino de Santiago desde Portugal son de las más sencillas porque apenas tienen desniveles ni pendientes. El Camino Portugués por la costa, en concreto, es perfecto para los más mayores. Este camino discurre en su mayoría por pasarelas de madera, lo que evita que el peregrino se enfrente a a pavimentos inestables o pedregosos, en los que es más probable sufrir caídas.
El Camino de Santiago francés también es una excelente opción para las personas mayores. Este es el itinerario jacobeo que cuenta con más servicios e infraestructuras y, por tanto, el que reúne más condiciones para adaptarse a las necesidades de los peregrinos más mayores.
Ya has decidido tu ruta, llevas entrenando un tiempo y tu médico te ha dado el ok al viaje. Pero aún hay algunos consejos que harán que tu experiencia sea más cómoda.
Las personas mayores son más sensibles a sufrir golpes de calor. La buena noticia es que suelen disponer de más tiempo, así que si se puede evitar los meses de verano, un riesgo menos. La primavera es la mejor temporada para hacer el camino.
Hacer el Camino de Santiago ya es suficiente reto, no hace falta cargar con mochilas y bultos. Los servicios de transporte de mochilas permiten peregrinar cómodamente, sin añadir más peso a las articulaciones. Normalmente, este servicio lo ofrecen las agencias de viajes especializadas en la ruta jacobea.
Se puede hacer el Camino de Santiago por libre, pero si optamos por la opción más cómoda y segura, existen agencias de viaje especializadas que te asesorarán cómo hacer el mejor camino adaptado a tus circunstancias. Estas agencias también se encargan de gestionar la reserva de los alojamientos y de trasladar el equipaje entre etapas. Además, estarás cubierto durante todo el trayecto ante cualquier eventualidad. Además, también te facilitarán un teléfono de consulta con el que podrás asesorarte durante todo el recorrido y un coche de apoyo, que te asistirá en caso de emergencia.