"La Virgen tiene las manos inmaculadas, está exenta de virus". Con esta frase aseguraba un cofrade hace unos días la supuesta viabilidad del besamanos en plena alerta por el Covid-19. Una costumbre que, junto con el besapiés a las imágenes de cristos y vírgenes, ejecutan los devotos con la Semana Santa a la vuelta de la esquina. Largas filas de personas que esperan turno para besar la figura. Cuando lo hacen, se limpia la zona con un paño, pasa el siguiente y vuelta a empezar. Una tradición de la que este año, con la presencia del Coronavirus, muchos sí se han planteado la peligrosidad -o directamente la necesidad- de ejecutarla.
Lo primero a contemplar, sin pecar de alarmistas, es en qué situación se encuentra España y qué nivel de circulación tiene el virus. Como ha repetido durante estos días (y hasta el momento de escribir este artículo) Fernando Simón, director del Centro de Alertas y Emergencia Sanitarias, a raíz de los casos detectados en España y tras los primeros fallecimientos con coronavirus -en personas con patologías previas-: "[El Covid-19] hoy no circula en nuestro país de forma amplia, por lo que no hay transmisión comunitaria". El Ministerio de Sanidad ha lanzado la recomendación de celebrar a puerta cerrada (sin público) competiciones deportivas masivas con equipos procedentes de zonas de riesgo, pero, de momento, la celebración de las Fallas o la Semana Santa no peligran. No obstante, conviene ser precavidos de cara a estos eventos.
Como explica a Uppers José Antonio López Trigo, médico geriatra y divulgador de salud, de los tres escenarios que se barajan en una epidemia, ahora mismo en España seguimos en un primer "nivel de contención". Este, apunta el doctor, es el que se da "cuando la inmensa mayoría de los casos, como ocurre hasta ahora, obedecen a un contacto directo con personas que han viajado desde el foco del contagio o que han padecido o padecen la enfermedad". Las recomendaciones en este nivel son "medidas generales de higiene que son las mismas que para cualquier enfermedad de transmisión respiratoria: evitar contacto directo como darse besos o dar la mano a personas que no tengamos claro que han tomado las convenientes medidas de higiene, toser y estornudar hacia el codo o la axila, lavarse las manos con frecuencia, usar pañuelos de un solo uso y tirarlos y evitar en lo posible ambientes donde haya muchas personas". Todo ello, insiste, a modo de "recomendación".
Más allá de las respuestas tuiteras que el cofrade que mencionábamos recibía, -como "se me ocurren pocos métodos de propagación del coronavirus mejores que un besamanos"-, los expertos y hasta la propia Iglesia se han pronunciado al respecto. El obispado malagueño y la diócesis de Cartagena (Murcia) ya han recomendando evitar estas prácticas. Como explica el doctor López Trigo, "el besamanos es una práctica no higiénica en cualquier caso. Con o sin Coronavirus. Al dar un beso a una imagen, si la persona tiene algún virus, lo puede soltar. Y por mucho paño que se pase después (que además suele ser el mismo todo el tiempo), se va a quedar en la imagen". En el caso del Covid-19, según apuntan las investigaciones, la principal vía de contagio se da por secreción. Por si acaso, algunas cofradías, como la malagueña de la Santa Cruz, han tomado medidas preventivas suspendiendo el besapiés de este año.
Fernando Simón ha repetido estos días al hilo de cómo gestionar las aglomeraciones que "no estamos en situación de transmisión generalizada", por lo que no es necesario que los ciudadanos usen marcarillas quirúrgicas por la calle. ¿Cambia la prevención al respecto si pensamos en las aglomeraciones que se dan con las procesiones de Semana Santa? "No estamos en un escenario o nivel de mitigación, como está ahora mismo Italia, donde hay una recomendación expresa del Ministerio de Sanidad que hace que se prohiban los actos multitudinarios y se controla el tránsito de personas", recuerda el geriatra José Antonio López Trigo. "En España no se da ahora misma una situación clara por la que evitar por ejemplo ir a una procesión. Al ser estas al aire libre, además, las posibilidades de contagio serían menores que si la aglomeración o el evento social se dan en espacios cerrados, como por ejemplo una misa".
La paz, la comunión y el agua bendita
Darse la paz en plena misa, con el consecuente intercambio de besos, abrazos y apretones de mano es otra de esas prácticas que, previsiblemente, llegada la Semana Santa se acentúan. El obispado malagueño también se ha pronunciado al respecto pidiendo que se eviten y ha decretado que se vacíen las pilas de agua bendita (en las que muchos feligreses se mojan la mano) y, siguiendo el ejemplo de algunas parroquias de Huelva, recomiendan que la Comunión se de directamente en mano, no en boca. "Medidas higiénicas" que, como recuerda López Trigo, "tienen lógica con independencia del Coronavirus, se mantengan o no a largo plazo".