Son las 9.30. Puntual a su cita, la navarra Isabel Sola (54 años), entra en el laboratorio 114 del Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC), donde ya le esperan algunos de sus investigadores. Estos días de vorágine informativa le toca lidiar con los medios de comunicación para informar sobre la investigación que realizan con el coronavirus en España. Son los elegidos para buscar una vacuna contra esta amenaza vírica.
"La gente solo se acuerda de nosotros cuando surge un virus como este, pero estamos aquí el resto de días del año investigando para, cuando llegan estos momentos, tener parte del trabajo hecho", se queja fuera de cámara. Y no es para menos. En las últimas semanas no dan a basto entre atender a medios e intentar unir las piezas del inmenso rompecabezas que supone el ADN de este nuevo coronavirus.
El trabajo que realizan actualmente es la primera fase de un largo camino que acabará, en el mejor de los casos, con una vacuna en no menos de un año. Ahora les toca reproducir el coronavirus COVID-19 con el genoma que les han ido enviando desde otros laboratorios del mundo, porque no tienen los permisos necesarios, aún, para poder "tocar" al virus de verdad con carga infectiva.
Sola, que lleva trabajando con coronavirus de este tipo más de 25 años, considera a este COVID-19 como escurridizo y con una capacidad de hacerse invisible que asusta y pone en problemas su control médico. Sin embargo, cree que, en China, "el partido lo ha ganado la especie humana", y espera que, en próximas fechas, pueda contar con más recursos: "Necesitamos más gente que pueda investigar este coronavirus". Tienes toda la información en el vídeo con su entrevista completa.
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