No nos vamos a engañar, cuando te jubilas es probable que estés un poco cansado de la vida demasiado activa. Ahora lo que necesitas es tranquilidad y empezar a vivir como quieres después de haberte esforzado durante años para tener una buena pensión y dejar saldadas todas tus deudas. Es el momento de empezar a disfrutar, tus hijos ya tienen su propia vida, su casa, sus parejas y puede que ya te hayan dado algún nieto con el que se te cae la baba. Pero la vida en la ciudad no es lo que quieres, ahora prefieres algo más tranquilo, mudarte a un pueblo en el que se respire paz, tranquilidad y aire puro. Si eres de esos que tras jubilarse tiene pensado salir de la ciudad para vivir a un ritmo más calmado, hoy te traemos algunos pueblos que pueden convertirse en tu destino perfecto.
España es uno de los países con mayor esperanza de vida, por lo que no es de extrañar que los jubilados quieran vivir esos últimos años como siempre han soñado. Unos en la tranquilidad del interior, en el campo, mientras que otros prefieren oler a sal y hacerlo junto al mar. Por suerte, España está llena de pueblos maravillosos y con gente agradable que siempre recibe a los nuevos habitantes con una sonrisa. ¿Preparado para conocer algunos pueblos tranquilos y llenos de encanto?
Empezamos por el norte de España, una de las zonas con más belleza de todo el país, para ir hasta la misteriosa Asturias. Hay cientos de pueblos en los que sus habitantes te acogerían con los brazos abiertos, pero una de sus joyas es Cudillero. Este pueblo posee un encanto marinero que no se suele encontrar en otras localidades cercanas al mar, en parte gracias a las coloridas fachadas de las casas. Pero sin duda, una de sus grandes atracciones es su faro, muy cerca del pueblo, desde donde las vistas son espectaculares ante la amplitud del océano.
A muchos jubilados de la península les encanta veranear en Canarias, e incluso algunos sueñan con mudarse a alguna de las islas. Gran Canaria y Tenerife son las más bulliciosas al ser las capitalinas, y en las demás desborda la tranquilidad. Por quedarnos con un pueblo, lo haremos con Teguise, que hasta el siglo XIX fue la capital de Lanzarote. Es una de las villas más antiguas de la isla, siendo su principal atractivo el cuidado casco histórico por el que vale la pena pasear cada día y el castillo de Santa Bárbara en lo alto de la montaña. Su tranquilidad se ve alterada tan solo un día a la semana, los domingos, cuando se celebra en sus calles el mercadillo. Este pueblo se encuentra en el centro de Lanzarote, un punto estratégico, pues está a solo diez minutos de la capital y a 15 de una de las playas más espectaculares, Famara.
Para muchos está considerado uno de los pueblos más bonitos de España, y no es para menos. Pasear por sus calles te puede transportar unos siglos atrás, y es que este pueblo turolense está lleno de historia, además fue declarado Monumento Nacional en 1961. La arquitectura de sus casas, su catedral o sus murallas hacen de esta localidad un lugar único y especial que, sumado a la amabilidad de sus habitantes, lo hacen un lugar idóneo en el que pasar tu vida tras la jubilación. Porque no todos pueden decir que han vivido en uno de los pueblos más bonitos de España.
Lleno de casa blancas, con sus calles estrechas y algunas de ellas bastante empinadas, Casares es un pueblo de postal. Rodeado de naturaleza, esta localidad mezcla su enorme valor patrimonial e histórico con espectaculares rutas senderistas. Además, su cercanía a la costa -en menos de media hora puedes estar en la playa-, le da una gran variedad gastronómica que une mar y montaña. No cabe duda que este pueblo malagueño es un destino ideal para los amantes de la Andalucía profunda y la de costa. Casares y su posición privilegiada te ofrece disfrutar de ambas opciones, pudiendo convertirse en el pueblo soñado para tu jubilación.
Si eres de los indecisos, de los que quiere dejar atrás la ciudad, pero tampoco vivir en ella, Manzanares el Real es un pueblo extraordinario para los habitantes del centro peninsular. Se encuentra entre Segovia y Madrid, por lo que si echas de menos la gran ciudad en muy poco tiempo puedes volver a ella y visitar a familiares o amigos. Uno de sus grandes atractivos es encontrarse junto al embalse de Santillana, una verdadera joya para los veranos calurosos. Pero sin duda, lo que hace única a esta localidad es el imponente castillo de los Mendoza, conservado a la perfección.