Cincuenta provincias, diecisiete comunidades autónomas, catorce arzobispados, setenta obispados y ochenta y ocho catedrales. España, antaño espada de Roma y martillo de herejes, es uno de los países que más –y mejores– catedrales católicas tiene de todo el mundo. Hay, como mínimo una por provincia, a veces dos y, en ocasiones, hasta tres.
La construcción de catedrales es una de las grandes epopeyas arquitectónicas de nuestro país a lo largo del último milenio. No ha quedado ciudad de cierta envergadura sin su templo catedralicio, y muchos pueblos que en otros tiempos fueron importantes centros comerciales también lo tienen. Después de mil años de construcción intensiva, si de algo andamos sobrados los españoles es de catedrales.
Las hay de todos los estilos arquitectónicos; desde la sobriedad del románico hasta la exhuberancia barroca, pasando por el equilibrio renacentista, la verticalidad del gótico o la sencillez del mudéjar. No existe país en todo el orbe que aúne en sus catedrales tanta y tan variada arquitectura. Las primeras empezaron a levantarse a comienzos de la Reconquista, las últimas acaban de terminarse. Otras, la mayoría, han ido construyéndose lentamente durante siglos, de ahí que existan pocas catedrales estilísticamente puras.
Las más famosas son las arzobispales o metropolitanas, catorce en total, situadas en las ciudades principales. Entre estas destacan la de Toledo, primada de España, su competidora, la de Tarragona, y los gigantes del gótico como las catedrales de Burgos o Sevilla. Capitulo aparte merecen las de Santiago de Compostela y Zaragoza, que custodian en su interior las imágenes del patrón de España y la patrona de la Hispanidad.
Las dos grandes ciudades del país, Madrid y Barcelona, aventajadas en todo lo demás, tienen que conformarse con catedrales de menor fuste, especialmente la madrileña, que es de reciente construcción. No obstante, existen seis localidades españoles que cuentan con dos catedrales. ¡Nos vemos allí!
Zaragoza es la única ciudad del mundo con dos catedrales activas, la Seo y el Pilar. Aunque a esta última siempre se le conoce como basílica, no hay que olvidar que también es catedral. Otras ciudades españolas, como Salamanca, también tienen dos templos de este tipo pero se trata de construcciones de tiempos diferentes con una ya en desuso, por lo que suelen identificarse como catedral nueva y catedral vieja.
En el caso de Zaragoza, sus dos monumentales catedrales están activas y mantienen todo el esplendor de tiempos pasados. Las dos siguen celebrando ceremonias, reciben a fieles y se pueden visitar, siendo dos de los principales atractivos turísticos que ver en Zaragoza. Llama la atención, además, la proximidad entre ambos templos, situados en la inmensa plaza del Pilar, el segundo espacio peatonal más grande de Europa después de la plaza Roja de Moscú.
Salamanca cuenta con dos catedrales, ubicadas una junto a la otra. La Nueva es de estilo gótico y la Vieja permite disfrutar de un bello monumento románico. Es el "último suspiro del gótico", porque se edificó a las puertas del renacimiento. La Catedral Nueva de Salamanca es una referencia artística de la capital del Tormes y un ejemplo de densa monumentalidad que contrasta con la sobria sencillez de la Catedral románica de la que es vecina. La Catedral Vieja es uno de los monumentos románicos más hermosos de Europa, coronado por su famoso cimborrio, o torre del gallo.
La ciudad de Lleida es la capital de la provincia y, en ella, se pueden visitar dos catedrales. Por un lado se encuentra La Seu Vella, siendo la catedral vieja, y por otro la Catedral Nueva.
"Tres catedrales tiene mi Cai, que me llaman la atención…" sería una letra magnífica para que los artistas flamencos la cantaran, y los historiadores rebuscaran en los legajos. Porque sí. Aunque no lo parezca, Cádiz tiene 3 edificios que han sido catalogados como Catedral en algún momento de la historia. Ya conocemos la Catedral “nueva”, de estilo barroco y neoclásico, que se empezó a construir en 1722 bajo el proyecto del arquitecto Vicente Acero y que terminó en 1838. Conocemos también la Catedral “vieja” pero no la original, puesto que antes hubo una gótica de Alfonso X el Sabio.
La vieja, la de Santa María, y que cuenta con la vitola de monumento Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, es de estilo gótico y su construcción se remonta al año 1202 gracias al rey Alfonso VIII. A lo largo del siglo XX ha sufrido distintas transformaciones y sigue a día de hoy en proceso de restauración, aunque existe un programa de visitas guiadas a a la obra. Sirvió de inspiración a Ken Follet en su obra “Los Pilares de la Tierra” y presentó aquí en 2008 la continuación de la obra “Un mundo sin fin”.
La ciudad cacereña de Plasencia tiene dos catedrales dedicadas a la Virgen María que forman un conjunto arquitectónico único y diverso. En él se unen dos espacios bien diferenciados, la Catedral Vieja, más austera y primitiva y la Catedral Nueva más espaciosa y con más luz.