La toma de medidas para prevenir el contagio del COVID-19 continúa. Horas previas a que la OMS declarara la situación de pandemia mundial, el Imserso (Instituto de Mayores y Servicios Sociales del Gobierno de España) recordaba a través de un comunicado y de sus propias redes sociales la suspensión de los viajes de su Programa de Turismo Social durante un mes. Pero apuntaban: "No obstante, en este momento esta suspensión no afecta al Programa de Termalismo Social, cuyo desarrollo debe proseguir con total normalidad". Este programa se hace cargo de la estancia completa y de los tratamientos termales de personas mayores en balnearios, a excepción de los desplazamientos de ida y vuelta, que corren a cargo de cada usuario.
"En todo caso, debe tenerse en consideración que el desarrollo de todos los programas sociales del Imserso se ajustará a las recomendaciones que en cada momento se comuniquen por parte de las autoridades sanitarias (Ministerio de Sanidad), y que en algún momento puedan tener algún tipo de repercusión en el normal desarrollo de dichos programas", continuaba el comunicado. Y hace un llamamiento a "consultar de manera periódica la información" ante los posibles (y rápidos) cambios.
Mientras el Ministerio ha hecho recomendaciones específicas que llaman a extremar precauciones en residencias y centros sociosanitarios (centros de día) -muchos de los cuales han optado por cerrar- para proteger a los mayores, uno de los grupos más vulnerables al contagio junto a las personas inmunodeprimidas y los enfermos crónicos. Y varias localidades y municipios han procedido al cierre de piscinas y gimnasios municipales, atendiendo también a la recomendación de evitar la concurrencia de personas en espacios cerrados; a los que en este caso se suman las condiciones de humedad que propician mayor secreción y propagación del virus en estos ambientes. Parece lógico preguntarse qué precauciones a nivel personal se deben tomar si se tenía en mente acudir a estos viajes. O si, como es habitual entre personas en edad avanzada, ¿acudir a esas clases de aqua gym
Según explica a Uppers el virólogo José Juan Aguilar Gavilán, profesor de la Universidad de Córdoba, "hasta la fecha, la transmisión por vía aérea del virus es la única que está demostrada". Así lo explica oficialmente el Ministerio de Sanidad: "La transmisión del COVID-19 se produce por contacto estrecho con las secreciones respiratorias que se generan con la tos o el estornudo de una persona enferma. Y estas secreciones podrían infectar a otra persona si entrasen en contacto con su nariz, sus ojos o su boca -la transmisión por el aire a distancias mayores de uno o dos metros es poco probable-".
Es decir, hasta el momento no hay evidencia de que el agua de estos espacios como piscinas, balnearios o termas pueda tener una función transmisora en sí misma. Pero como apunta el virólogo, no hay que perder de vista el entorno en el que estos se ubican. "Es cierto que en las altas temperaturas que pueden darse en estos espacios el virus las pasa canutas, difícilmente sobrevive. Es por eso que en torno a mayo o junio, con la subida definitiva de las temperaturas se espera que haya remitido".
Aguilar explica que tampoco es una cuestión en exclusiva de la temperatura o el agua. Sino de la humedad y como esta puede propiciar el contagio y un aumento de las secreciones -en condiciones de humedad se tose y se escupe más-. Motivos por los que el virólogo, llamando a la responsabilidad frente a contagiarse y a contagiar, potencialmente, "evitaría estas situaciones". "Las medidas de contención se deberían aplicar a aquellos sitios en los que se pueda concentrar gente, esa es la única manera de acabar con esto". "Cuando hace más calor abandonamos los sitios cerrados, nos concentramos menos, y así es más difícil la transmisión", señala.