El turismo que viene: los hoteles se preparan para un mundo hiperseguro sin bufet ni llaves físicas
Aún no existe un protocolo definitivo sobre cómo deberán adaptarse los hoteles en materia de seguridad e higiene contra la COVID-19
Asociaciones y empresarios están creando sus propias medidas de protección y cambiará la experiencia con el cliente
La crisis del coronavirus nos está dejando imágenes inéditas. Una de ellas, la de los hoteles del planeta cerrados a cal y canto o reconvertidos en hospitales. Pero hay algo que preocupa aún más a hoteleros y clientes: la vuelta a la "nueva normalidad", el cómo serán los hoteles para guardar las medidas de seguridad en un mundo aún sin vacuna y en convivencia con el virus.
Los clientes de más de 60 años son clave para el sector hotelero. Según el INE, este segmento de la población realizó 22 millones de viajes en 2019 y un total de más de 134 millones de pernoctaciones pero, ahora, es el grupo de edad más afectado por la COVID-19. Así, garantizar su seguridad es fundamental para obtener su confianza y que vuelvan a ocupar los hoteles.
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Por ello, grandes cadenas hoteleras como Meliá, NH, Room Mate o Iberostar, ya se encuentran preparando protocolos de seguridad privados para reabrir en cuanto les den permiso. Aunque aún no hay directrices concretas por parte del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, sí que existen ya tendencias y experiencia de aperturas de hoteles en China que pueden dar una idea de lo que nos encontraremos.
Adiós a los bufetes
Los bufetes tal y como los conocíamos hasta marzo dejarán de existir. Se barajan varias opciones y, por el momento, la más comentada dentro del sector es la sustitución de los productos expuestos al público por monodosis específicas para cada cliente.
Esto, no obstante, podría suponer un retroceso importante en la lucha contra el aumento de plásticos de un solo uso, aunque fuera una solución temporal para que siguieran existiendo bufetes en los hoteles.
Adiós a las tarjetas y/o llaves
Otro de los cambios que tendrán que implementar los hoteles será la digitalización del acceso a las habitaciones para evitar el uso de tarjetas o llaves que puedan ser un vector de contagio. En principio, con llevar el check-in en una aplicación móvil y que este conectara con la puerta mediante RFID serviría, con el hándicap de que habría que hacer mucha pedagogía y aún hay modelos móviles que no disponen de esta tecnología.
El ascensor, con menos afluencia
En la época de distanciamiento social a la que nos dirigimos, los ascensores no podrán ir a tope de capacidad. Además, también habrá que limpiar la botonera cada vez que entre un nuevo cliente para evitar que el virus quede resguardado en ella.
Cambios en la recepción
Ya lo estamos viendo en multitud de tiendas como farmacias, herbolarios o supermercados. Los mostradores de entrada de los hoteles se protegerán con mamparas de metacrilato para separar físicamente a los clientes de los empleados. Estos elementos de protección tendrán que ser desinfectados de manera constante.
Los pagos, aunque no se ha demostrado que el virus haya viajado por los billetes de dinero, deberán ser con tarjeta de crédito para evitar al máximo los contactos y el papeleo se reducirá al mínimo.
Habitaciones ultraseguras
Las habitaciones deberán ser como el hogar de cada uno, por lo que la seguridad tendrá que ser máxima. En este sentido, se implementarán limpiezas con máquinas de ozono, las sábanas serán lavadas con oxígeno puro y también se podrán utilizar máquinas de luz ultravioleta para aniquilar restos de virus.
Además, en todas las habitaciones podrá haber máquinas dispensadoras de gel hidroalcohólico para que, al acceder a ellas, se haga sin restos víricos en las manos.
Cambios en los espacios comunes
Las salas comunes para leer la prensa o ver la televisión también tendrán que guardar las distancias de seguridad. Para ello se redistribuirá el mobiliario de tal manera que exista más de 1,5 metros entre cada elemento.
Arcos de desinfección en las entradas
Otra de las propuestas, aunque más costosa, es la instalación de arcos de desinfección mediante ozono en las entradas de los hoteles. De este modo se garantizaría que quien entra al establecimiento no porta en sus manos o en sus enseres personales restos del virus, e incluso se le podría tomar la temperatura corporal al atravesar el arco.
Kits de protección
Asimismo, parece claro que, además del gel hidroalcohólico en las entradas de las habitaciones y en los espacios comunes, los hoteles podrían entregar un kit de protección a sus clientes, consistente en alguna mascarilla, un termómetro y material para desinfectarse.
Sellos de calidad
La cadena NH ya ha anunciado la creación de un sello de seguridad que colocará en todos los hoteles que cumplan con los requisitos de seguridad mientras no exista una vacuna contra la COVID-19. Pero no es la única que ha planteado algo parecido.
Por su parte, la la Asociación Empresarial Hotelera de Madrid (AEHM) está desarrollando un protocolo común para la creación del certificado 'Hoteles COVID Free' para garantizar la seguridad de los clientes y trabajadores de los hoteles madrileños.
En Alicante también ha surgido una iniciativa por parte de el Patronato de Turismo Alicante y la Asociación Provincial de Hoteles de la Provincia de Alicante, que han creado el sello 'Alicante Covid Free', con el mismo objetivo que los anteriores.
El sector hotelero opina
En una conferencia online organizada por Thinking Heads, la presidenta del Consejo de Turismo, Gloria Guevara, anunció que su organización estaba coordinando cómo realizar una especie de 'pasaporte sanitario' que garantizara a los turistas poder viajar de un lugar a otro teniendo la certeza de que, quien está en un determinado destino, también está a salvo de infección por coronavirus.
Kike Sarasola, presidente de Room Mate, resume toda la situación en una afirmación más optimista: "Tendremos menos interacción social pero, al final del día, el hotel sigue siendo un hotel, y el trato con el cliente seguirá siendo exquisito, pero habrá una serie de normas que habrá que cumplir mientras dure esta pesadilla".
Por su parte, el director ejecutivo de Meliá, Gabriel Escarrer, lo tiene más claro: "Lo importante es dar la imagen de país seguro y hasta con eso va a ser muy difícil plantear escenarios de apertura". Además, vaticina que no nos va a quedar más remedio que ir a hoteles españoles este verano. "Va a haber una ola de 'consume nuestro país' y estoy convencido de que los alemanes van a preferir quedarse allí. Los españoles cogerán el coche y se irán a la costa peninsular, aunque también me preocupa la disminución de su renta por la crisis", apostilló.