El mundo entero está conmocionado tras la masacre de Texas en la que 19 niños y dos maestros fallecieron tras el tiroteo en la escuela de Uvalde. Con ello, el endurecimiento de las leyes sobre la posesión de armas ha vuelto a primer plano con el pronunciamiento de muchos rostros populares sobre el tema, como el entrenador de baloncesto Steve Kerr, que tras un partido no quiso responder a ninguna pregunta referente a su equipo, solo habló sobre la matanza que se había producido en el país.
"Hoy no voy a hablar de baloncesto. En los últimos 10 días hemos tenido a ancianos negros asesinados en un supermercado en Búfalo, a asiáticos que asisten a la iglesia asesinados en el sur de California, y ahora tenemos a niños asesinados en la escuela. ¿Cuándo vamos a hacer algo? Basta ya. Estoy cansado de venir aquí y dar condolencias a las familias devastadas", dijo durante la rueda de prensa.
"Estamos siendo rehenes de 50 senadores que se niegan a someterlo a votación, a pesar de lo que el ciudadano estadounidense quiere. Ellos no lo votarán porque quieren aferrarse a su poder. Entonces pregunto, ¿vais a poner vuestro propio deseo de poder por delante la vida de niños, ancianos y feligreses? No podemos ignorar esto y decir que haremos un minuto de silencio", prosiguió.
Lo cierto es que el entrenador de los Golden State Warriors sabe bien de lo que habla, ya que su padre, Malcom Kerr, que trabajaba como rector de la Universidad Americana de Beirut, fue asesinado con 52 años cuando salía de su oficina en 1984, cuando Steve solo tenía 19 años. Su padre falleció tras ser disparado por dos hombres armados, un acto que se atribuyó tiempo después Yihad Islámica.
En el documental 'The last dance' de Michael Jordan también participa Kerr y habló sobre ese episodio de su vida. Al día siguiente de conocer la noticia volvió a entrenar porque "el baloncesto era lo único que podía hacer para distraerme de lo sucedido. Fui a entrenar al día siguiente porque no sabía qué más hacer".
El técnico de la NBA no suele hablar de este episodio, pero en una entrevista hace unos años con el New York Times que su padre "era muy observador. Me dejó aprender y experimentar la vida. Creo que mi padre fue una gran influencia para mí, en mi forma de entrenar".