Es una de las cuestiones claves de la vuelta al cole: ¿extraescolares sí o no? ¿Las de siempre o alguna nueva? Más del 90% de los alumnos españoles de enseñanza obligatoria (de seis a 16 años) hacen alguna actividad extraescolar, mientras que algo más de la mitad acuden dos o más veces a la semana a clases extraescolares, según datos del Ministerio de Educación y Formación Profesional. Muchas veces, las extraescolares se contratan porque cumplen la función de alargar el horario escolar. Sin embargo, también hay razones formativas: a través de ellas, pueden estar mejorando su futuro laboral.
La razón es que las actividades extraescolares tienen un papel relevante en el desarrollo de los estudiantes porque les ayudan a descubrir intereses y potencialidades mientras favorecen su autonomía, su autoestima y el máximo desarrollo de sus capacidades. "Pueden completar e impulsar la formación y el desarrollo de los niños y niñas, además de contribuir a formar personas únicas y con un perfil formativo diferenciado, lo que favorece su futura inserción social y laboral", afirma Sylvie Pérez, profesora de Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).
En su opinión, cuando las actividades extraescolares que se cursan son del agrado de los niños, generan experiencias positivas y ayudan a la formación de su autoestima. "Ello favorece un buen desarrollo socioafectivo, imprescindible para su futuro social y laboral. Además, son nuevos entornos socializadores y, en este sentido, son imprescindibles para que puedan aprender a identificar y gestionar emociones, formarse con otros referentes adultos y establecer amistades diferentes de las del colegio y el instituto. Asimismo, les aportan conocimientos y competencias que en el sistema educativo reglado pueden no trabajarse profundamente", añade Jordi Perales, tutor del máster universitario de Dificultades del Aprendizaje y Trastornos del Lenguaje de la UOC.
Sin embargo, para que las extraescolares puedan aportar todos esos beneficios, los expertos consideran clave no convertir la extraescolar en una obligación. Deberían ser un espacio donde los niños y niñas puedan desarrollar habilidades que consideren que pueden gustarles o encontrar ambientes en los que se sientan cómodos, aceptados y contentos.
"Deberíamos alejarnos de actividades que sean simples refuerzos escolares. Si a un niño o niña no le gusta una determinada área, ¿qué nos hace pensar que le va a gustar esa misma área en una extraescolar? Los alumnos ya pasan muchas horas en la escuela; las horas de extraescolares deberían ser las que más les gusten. Eso sí, conviene tener claro que una actividad extraescolar no puede convertirse en algo sin criterio ni rigor", explica Perales. El experto añade que no se trata solo de "compensar" aquello que la escuela no pueda ofrecer, sino de permitir al estudiante que pueda dedicar su tiempo a actividades que le gusten.
La elección de la extraescolar debe llevar su tiempo y ser una decisión compartida entre padres e hijos. Por eso, una de las primeras recomendaciones de los expertos es que los padres simplemente observen a su hijo para ver qué intereses tiene. Sin embargo, también hay que tener en cuenta qué puede necesitar, pero, sobre todo, con qué disfruta más.
"Los aprendizajes escolares deben darse en las instituciones educativas, pero podemos detectar cierta 'torpeza' motora en nuestros hijos y pensar que un deporte o una actividad física que implique el movimiento corporal les podrá ir bien, o podemos observar que tienen facilidad para la música u otra actividad artística y que esto les provoca satisfacción, por lo que podemos ayudarlos a trabajarlo", explica Sylvie Pérez.
Entre las posibles opciones, ambos expertos destacan el estudio de inglés, francés o cualquier otra lengua, siempre y cuando al niño o niña le guste esta actividad y no suponga una dificultad añadida a las tareas y aprendizajes que ya hace en la escuela. También son buenas opciones la música, la danza y las actividades artísticas (como la pintura o las manualidades), así como cualquier deporte, de acuerdo con la edad evolutiva.
Una vez elegida la actividad extraescolar junto con los hijos, los expertos aconsejan mantenerla al menos dos trimestres para enseñar el valor del compromiso y dar una oportunidad a los nuevos ambientes. No obstante, también hay que ser flexibles "y permitir que estas actividades sirvan de ensayo para que los niños y niñas puedan probar qué les gusta, qué se les da bien…", señala Sylvie Pérez.
Lo ideal es no sobrecargar la agenda de los más pequeños ocupando todas sus tardes con actividades extraescolares. Como explica Jordi Perales, se considera que se está dedicando un tiempo excesivo "si no se permite al niño o niña descansar, jugar e incluso aburrirse de vez en cuando".
Los expertos insisten en que las extraescolares no deben ser un 'párking' de niños, aunque las circunstancias de cada familia y las dificultades para conciliar favorezcan que haya múltiples actividades. Como orientación, Sylvie Pérez aconseja un máximo de tres tardes semanales de extraescolares, evitando la acumulación de diferentes actividades en una misma tarde.