Hoy, más que nunca, ser viejo es simplemente un estado mental. La revolución experimentada por la esperanza de vida (de 41 años hace un siglo a los 86 en la actualidad) ha desdibujado las fronteras que solíamos trazar entre la distintas etapas vitales. Si tradicionalmente se ha identificado la vejez con la jubilación para situar el punto de entrada en la tercera edad en los 65 años, hoy esa idea se antoja obsoleta y desfasada. Los avances sanitarios y sociales implican que alguien con 70 años se vea a sí mismo de forma muy distinta a como lo hacían las generaciones anteriores.
Al mismo tiempo que la población envejece a marchas forzadas -para el año 2035 el 26,5% serán mayores de 65 años, porcentaje que a día de hoy es de un 19,6%, según el INE - también cambia el paradigma de lo que significa ser mayor. La llegada de los baby boomers -los nacidos entre 1957 y 1977- a la edad de jubilación a partir del próximo año va a hacer saltar por los aires el estereotipo clásico de jubilado.
"No se van a resignar a jugar solamente a la petanca o pasarse los días mirando cómo avanzan las obras públicas. Van a vivir una jubilación con una actitud mucho más proactiva", afirma Enric Soler, profesor de la UOC, para explicar esta 'nueva' manera de envejecer en la que llegar a los 65 significa tener dos décadas de vida más por delante.
Los nuevos mayores "reivindicarán su derecho a vivir esta etapa de su vida con plenitud, llevando a cabo aquellas actividades que le den un sentido", destaca el experto. A esto ayudan la mejora de las circunstancias físicas, la nutrición, la atención sanitaria o el haber disfrutado de unas mejores condiciones laborales, pero sobre todo el ser una generación ya habituada a los grandes cambios.
Hay que tener en cuenta que una persona de 65 años hoy es alguien que vivió el paso de la dictadura a la democracia, fue testigo de cómo España se modernizó entrando en la Unión Europea, vivió el cambio de la peseta al euro y se ha adaptado perfectamente a la transformación de lo analógico a lo digital. Un mayor hoy hace compras online sin problemas y realiza gestiones financieras a través de canales digitales. Es decir, no está en absoluto obsoleto, al contrario, es un elemento poblacional importantísimo en cuanto a consumo.
Es en el envejecimiento de la pirámide poblacional donde surge la 'silver economy' (o economía de las canas), la economía del futuro. El consumo de los ciudadanos mayores de 60 años en la UE supone cerca de un tercio del consumo privado. Y el 40 por ciento del consumo mundial se concentra en ellos. Algunos de los sectores que más se beneficiarán de la “silver economy” son el farmacéutico, el inmobiliario o la tecnología, que diseñan productos adaptados a los seniors y nuevas vías de negocio en busca de captar su atención y su dinero.
Los silver buscan seguir siendo independientes, viviendo en sus propias casas y que estas estén adaptadas a sus necesidades, en cuanto a espacios y domótica. Esa independencia también la logran gracias a la tecnología, con dispositivos móviles adaptados a sus necesidades, prótesis robóticas o poder seguir conduciendo mediante vehículos inteligente y adaptado. Queda claro que hoy la vida a los 65 no se detiene y hoy, afortunadamente, envejecemos como vivimos.