Quienes conviven con un adolescente o un joven lo ven a diario: la mayoría vive pegada al móvil, de tal manera que parece una extensión de la anatomía de su mano. Al margen de bromas, cada vez con más frecuencia las redes sociales muestran fotos de usuarios jóvenes, básicamente millennials o de la generación Z, con el dedo meñique levemente hundido a causa, según explican, del uso continuo del teléfono móvil. Una de las últimas en sumarse a la tendencia es la experta en Pilates Marcela Pedraza.
En su post, Pedraza muestra la diferencia entre un dedo sano y otro con una leve hendidura que podría ser consecuencia de apoyar el móvil en el meñique mientras se está usando el teléfono.
Pese a que la publicación de esta experta sí atribuye la deformación del dedo meñique al uso continuo del móvil, la comunidad médica aún no ha hecho un diagnóstico exacto. En otras palabras, no está aún incluida como patología. ¿Qué dolencias sí pueden atribuirse ahora mismo al móvil? Fundamentalmente, la tendinitis de De Quervain, que se produce en el primer compartimiento extensor de la muñeca y por la que los pacientes refieren dolor en el borde lateral de la muñeca. Esta patología sí está relacionada con el uso excesivo del pulgar, como sucede en otras profesiones, y también si se utiliza demasiado el móvil. Otra dolencia probable es el síndrome de túnel carpiano, que se caracteriza el adormecimiento en los dedos de la mano, especialmente los tres primeros.
Pero las manos no son las únicas que pueden sufrir con el uso excesivo del móvil. Ya existe la patología conocida como el síndrome del cuello de mensaje de texto que aparece por la posición con la que manipulamos el teléfono con una flexión extrema del cuello hacia adelante y la cabeza inclinada para poder ver la pantalla.
Esta posición puede generar principalmente contractura cervical. De forma prolongada, puede generar una curva compensadora para mantener esta desviación de la curva cervical habitual, lo que implica echar los hombros hacia delante. Este tipo de contracturas sí está siendo muy habitual entre los adolescentes y los jóvenes que pasan muchas horas con el móvil, ya sea viendo series, en redes sociales o con fines académicos. Se trata de un efecto del uso prolongado del móvil grave, ya que estas contracturas pueden llevar a complicaciones de espalda más difíciles de erradicar. Algunos expertos sostienen que es posible que los jóvenes adictos a sus smartphones presenten problemas musculoesqueléticos en el cuello y en la mano, que pueden derivar en una discapacidad a largo plazo.