La familia Archie vive en Texas en un rancho de su propiedad. Explotarlo para tener sus ingresos vitales es una tarea dura, así que cuando su hija Kylee alcanzó la mayoría de edad y siguió viviendo en la casa familiar decidieron que tenían que enseñarle a valorar los bienes de primera necesidad, es decir, vivienda y alimentación.
En Estados Unidos es habitual que los hijos se independicen a los 18, coincidiendo con su entrada en la universidad. Es normal que tengan que desplazarse de estado y que se conviertan, forzosamente, en adultos jóvenes, una independencia que se mantiene al terminar los estudios y entrar en el mercado laboral.
Sin embargo, hay excepciones: jóvenes que van a un campus cercano u otros que no cursan estudios universitarios. Este es el caso de Kylee Archie, que ingresó en el mercado laboral cuando acabó el instituto. Durante nueve meses vivió en casa de sus padres, Cody y Erica, quienes tomaron una medida que ha llamado la atención de medios y redes.
Los Archie optaron por cobrarle un alquiler mensual de 300 dólares (274 euros), de la que pueden descontar 100 euros si la hija hace alguna compra o aporta de alguna otra forma a la casa.
"El objetivo era que se diera cuenta de que no todo es gratis y también para empezar a prepararla para la edad adulta. Cuando una persona entra en el mercado laboral tiene que ser responsable tanto de su alquiler como de su comida", explicó el padre, Cody, en una entrevista a Fox.
Pasados esos nueve meses, Kylee se independizó gracias al ahorro de los primeros meses, algo que, según sus padres, ha derivado de su estrategia. "Creo que ha adquirido una mayor perspectiva sobre lo que cuestan las cosas en el mundo real", dijo su padre en la misma entrevista.
El sistema de los Archie ha generado un debate intenso en redes, divididas entre quienes piensan que cobrar un alquiler, por simbólico que sea, puede contribuir a la madurez de los hijos, y entre quienes creen que es una medida extrema para unos jóvenes que aún tienen mucho que aprender antes de entrar en la vida adulta. De hecho, el reparto de responsabilidades entre los adolescentes es un tema importante en la crianza de los hijos. Los expertos opinan que dárselo todo hecho puede ayudar a formar personas dependientes. Otros, en cambio, señalan que un exceso de tareas, sobre todo si no nos proporcionadas, pueden crear perfiles poco empáticos y con baja autoestima.