Ana Milán se ha convertido en una de las caras más conocidas de nuestro país. La actriz ha participado en series de gran éxito como ‘Yo soy Bea’ y además, también se ha proclamado como uno de los nombres más destacados en el panorama humorístico, sobre todo con sus sinceras respuestas tanto en entrevistas como en vídeos que ella misma publica en sus redes. Ha sido ahí donde ahora ha decidido compartir sus determinaciones para el nuevo año al que acabamos de dar la bienvenida.
Ana ha compartido en su cuenta de Instagram una fotografía suya en medio del patio de butacas de un teatro. Desde allí, sonriente y con la mirada en el infinito, ha querido plasmar las intenciones personales que le gustaría sacar de estos doce meses que quedan por delante de este 2024. Unos propósitos que, además, se ha encargado de prometer que cumplirá a pesar de que reconoce no son pocos.
Entre ellos, destacan el de “no quedar con nadie para tomar un café por compromiso”, aunque un reencuentro de vez en cuando con sus compañeros de ‘Camera Café’ no estaría nada mal. También ha prometido que “no sacrificará ninguna comida” a pesar de la pereza que le da ser cocinera para sus familiares y amigos.
Sin embargo, hay uno de los proyectos para este año de Milán que se cuela directamente en el top número uno y es el de “dejaré que mis tripas decidan lo que mi cabeza no entienda. Como siempre he hecho. Como jamás dejaré de hacer. Aceptaré que tengo 50 años y recordaré que nunca voy a ser más joven que hoy. Por mucho que me joda.” Así es como ha reconocido a sus seguidores en Instagram, con los que no es la primera vez que se sincera, que el paso del tiempo es algo que no termina de convencerle.
Ana estrenó su nueva cifra en uno de sus mejores momentos en el plano profesional y también en el personal, donde comparte su vida junto a su hijo Marco, de 22 años.
Marco nació fruto de su relación con el cantante y presentador Paco Morales, al que definió en ‘MujerHoy’ como “un señor. No llegamos a casarnos, pero me sentí infinitamente unida a él y lo estaré siempre por nuestro hijo. Es un tío estupendo al que tengo mucho cariño. Cuando nos separamos, no necesitamos ningún abogado”.
A día de hoy, Ana se mantiene discreta con su vida privada amorosa aunque como madre, confesó a La Vanguardia que “mi hijo me mantiene atada a tierra, se te quitan todas las tonterías, dejas de ser la protagonista y pasas a actriz secundaria toda tu vida. Ser madre está mitificado y hay que tener cuidado al contar que es lo mejor que te ha pasado en la vida y no tenemos más opciones que ser madre para sentirnos realizadas. Eso no es verdad. Tener hijos también te acorta las alas y hay que tener conciencia de ello. Es maravilloso y aterrador”.