Abuela no hay más que dos, pero su importancia en el cuidado de los nietos es fundamental a muchos niveles: es un modelo de crecimiento, transmite unos valiosos conocimientos, valores y experiencias y fomentan los lazos familiares. En definitiva, contribuyen decisivamente a la supervivencia del clan familiar. Incluso la ciencia apoya la relevancia del papel de la abuela en la longevidad humana.
Un estudio publicado en Proceedings of the Royal Society B en 2012 recoge una teoría con la que aseguran que los humanos lograron una mayor esperanza de vida porque las abuelas ayudaron en la alimentación de los nietos. La autora principal Kristen Hawkes, de la Universidad de Utah, realizó varias simulaciones en las que se destacaba la ayuda de las abuelas para alargar la vida en primates, hace unos 60.000 años.
Las chimpancés hembras rara vez viven hasta los 40 años. Pues bien, los resultados mostraron que los cuidados de las abuelas a sus nietos pueden aumentar en 49 años la esperanza de vida de los primates, en un ’corto’ período de tiempo evolutivo.
Según la 'teoría de la abuela', cuando éstas ayudan a alimentar a sus nietos, después del destete, sus hijas pueden engendrar más hijos en intervalos más cortos. Al permitir a sus hijas tener más hijos, unas pocas hembras ancestrales, que vivieron el tiempo suficiente para llegar a ser abuelas, pasaron sus genes de la longevidad a sus descendientes.
Hawkes ya habló de esta hipótesis en 1997, pero sus reclamaban un fundamento matemático, algo que trató de suministrar con este estudio. A medida que los ancestros humanos evolucionaron en África, durante los últimos 2 millones de años, el entorno cambió, haciéndose más seco, y disminuyeron los bosques. "Así que las madres tenían dos opciones: ir en busca de bosques con alimentos disponibles para que los bebés destetados se alimentaran solos, o seguir alimentando a sus hijos después de que fueran destetados", explica Hawkes,
Esto favoreció que algunas mujeres, cuya edad reproductiva estaba terminando, intervinieran desenterrando tubérculos y abriendo frutos secos de cáscara dura para ayudar en la alimentación de los hijos destetados. Los primates que se quedaron cerca de las fuentes de alimentos para que las crías destetadas pudiesen alimentarse "son nuestros primos, los grandes simios", afirma Hawkes, mientras que "los que comenzaron a explotar recursos que las crías pequeñas no podían manejar, evolucionaron, gracias a la ayuda de las abuelas, hasta convertirse en seres humanos".
Hawkes cree que el cambio hacia un ciclo de vida adulto más amplio, causado por las abuelas, "es lo que subyace en posteriores cambios importantes de la evolución humana, incluyendo el tamaño, cada vez mayor, del cerebro".