Pese a que las freidoras de aire empiezan a apoderarse de las encimeras de las cocinas españolas, todavía hay muchos que siguen prefiriendo un buen chorreón de aceite para freír las patatas, los empanados o cualquier otra cosa. ¿La parte mala? Pues que va a engordar más y, además, también ensuciará más. Además, ya prepares tus platos en una sartén o en una freidora, cada ciertos usos debes cambiar el aceite y limpiar bien el recipiente, una tarea a veces complicada por la gran cantidad de grasa que se acumula. ¿Y si pudieras limpiar la freidora con su propio aceite?
La tiktoker Yolanda Herrera, conocida en redes sociales por dar efectivos trucos de limpieza y autora del libro ‘¡Niquelao! 100 trucos de limpieza para gente con prisas’, explica en su libro cómo dejar limpia tu freidora con su propio aceite. ¿Cómo se puede conseguir?
Tal y como explica en las páginas de su libro, antes de tirar el aceite usado puedes reutilizarlo para dejar la freidora reluciente en unos sencillos pasos que también terminarán con esos restos que se quedan en el fondo.
Herrera explica que lo primero que se debe hacer es poner a calentar la freidora con el aceite, como si te hubieses puesto el delantal para cocinar. Cuando esté caliente, sin que humee, se pasa ese aceite a una olla, intentando que caiga todo lo posible, incluidos los restos que se quedan siempre en el fondo.
Una vez completado este paso, se echa en el interior de la freidora desengrasante, pero no se frota, solo se deja reposar unos 30 segundos hasta que se vuelve a verter el aceite caliente que tenías en la olla, pero solo lo líquido, sin que caigan los restos sólidos que estaban en el fondo de la freidora.
De esta manera, se balancea en círculos la freidora para mover el aceite y que se mezcle bien con el desengrasante que habías echado previamente y vuelves a retirar ya su contenido para desecharlo, viendo como las partes quemadas se comienzan a desprender de las paredes. Con el aceite ya fuera, se retiran los restos ayudado de una bayeta y papel de cocina hasta que lo quites todo y compruebes que, efectivamente, tu freidora ha quedado más reluciente que nunca al limpiarla con su propio aceite.