Mounir y Sheila, así son los padres separados de Lamine Yamal que siempre le han apoyado

  • Lamine Yamal se ha convertido en la gran estrella de la selección española con un gol que nos lleva a la final

  • El delantero, a punto de cumplir 17 años, siempre celebra sus goles con un gesto que recuerda a sus orígenes

  • El destino es caprichoso, y cuando solo era un bebé de meses protagonizó una sesión de fotos con Leo Messi

Antes de la semifinal que enfrentaba a España contra Francia en la Eurocopa 2024 en la que la Roja se llevó el triunfo, el centrocampista galo Adrien Rabiot soltó unas declaraciones polémicas: “Si Lamine Yamal quiere jugar la final de la Eurocopa, va a tener que demostrar más cosas que las que ha hecho hasta ahora. Puede ser un poco difícil jugar una semifinal así en un gran torneo”. Y al final el catalán de 16 años se convirtió en la estrella del partido con el gol que le dio la victoria a España.

En los últimos meses Yamal, al igual que Nico Williams, ha sido objeto de ataques racistas por sus orígenes. Sin embargo, los dos han decidido callar bocas durante esta Eurocopa, especialmente el canterano azulgrana, que se ha convertido en el jugador más joven en marcar un gol en una Eurocopa.

Lamine Yamal está a punto de cumplir 17 años, lo hará el próximo 13 de julio, un día antes de la final de la Eurocopa que se disputará en Berlín. Nació en 2007 en Esplugas de Llobregat, aunque después se crio en Mataró, en el barrio de Rocafonda. Justo ahí es donde se encuentra una de las anécdotas del delantero, que cada vez que marca un gol hace un gesto con sus manos para representar el 304, código postal de la zona en la que creció (08304).

Si hay otro lugar importante en la infancia de Yamal es Granollers, localidad a la que se mudó cuando sus padres se divorciaron. Fue allí donde empezó a jugar en La Torreta, desde donde dio el saltó a La Masía en 2014, con solo 7 años. Su ojeador fue Isidre Gil, logrando que entrase en los equipos blaugrana prebenjamín y benjamín D, donde se ha formado a lo largo de estos años hasta debutar en el primer equipo del Barcelona en 2023, cuando tenía 15 años, 9 meses y 16 días.

Unido a su familia

Su padre es Mounir Nasraoui, de Marruecos, y su madre Sheila Ebana, de Guinea Ecuatorial, pero Yamal siempre se ha decantado por defender la camiseta de España pese a tener la posibilidad de hacerlo por las de los países de los que sus padres son originarios. El joven se encuentra muy unido a ellos, también a su hermano pequeño, Keyne, pese a que estén separados, que siempre que pueden acuden a animarle y el torneo Europeo no iba a ser una excepción. Es más, Mounir fue grabado por los seguidores de España en la grada animando a la afición y a los jugadores y en redes destacaban que se encotrase con los hinchas, y no en palcos VIP.

No obstante, también guarda una gran relación con su abuela paterna, Fátima. Ella fue la primera de la familia en llegar a España cuando viajó a Madrid para trabajar desde Tánger, trasladándose más tarde a Cataluña con el resto de su familia.

Si algo llama la atención en el joven delantero es que no puede ocultar su aspecto de adolescente, más aún al lado de sus compañeros de selección. Lleva como cualquier otro brackets para corregir sus dientes, pero estos días, además de descansar y de entrenar, cuenta con una tarea extra: estudiar. Lamine está en 4º de la ESO y la Eurocopa ha coincidido con los exámenes finales que ha tenido que completar de forma online. Y con buenos resultados, pues antes de jugar contra Georgia supo que había aprobado el curso, en el que Física, Química y Matemáticas han sido sus asignaturas favoritas.

Ahora no tiene mucho tiempo libre, pero en sus descansos le gusta sentarse y relajarse viendo series junto a su familia o jugar alguna que otra partida al futbolín.

Su encuentro con Messi

Hay quien dice que no existen las casualidades, pero tirando de archivo, un Lamine de apenas cinco meses de vida fue fotografiado en brazos de Leo Messi. Aquella sesión se produjo para un calendario solidario del diario Sport de 2008 en colaboración con UNICEF y la Fundación del Barça.

No es que se tuviera una visión de que el joven iba a ser un astro del balón con solo unos meses de vida, sino que los padres del jugador decidieron apuntarlo al sorteo que decidía qué niños aparecerían en el calendario y, para su sorpresa, aquel pequeño Lamine fue uno de los afortunados, acabando en los brazos de Messi. Una imagen que 17 años después nos demuestra que el destino a veces es caprichoso.