El bienestar de nuestras mascotas depende de muchísimos factores. Uno de ellos es la temperatura del ambiente en el que se encuentran. Por eso, las altas temperaturas pueden ser un hándicap para que el perro se sienta bien.
Nuestros amigos peludos, especialmente los perros, sufren más que nosotros las altas temperaturas, ya que su sistema de refrigeración es diferente al nuestro. Al no tener glándulas sudoríparas por todo el cuerpo, los perros no pueden regular su temperatura como los humanos y lo hacen a través del sudor en las almohadillas de las patas y el jadeo.
Al igual que los humanos sufrimos cuando el calor se hace asfixiante, las mascotas también lo pasan mal. Por desgracia, ellos no tienen la posibilidad de comprarse un ventilador, enchufarlo y ponerse delante. Tampoco lo tienen tan fácil como algunas personas para acudir a la playa o a la piscina. Ni siquiera pueden obtener agua fresca para beber por sus propios medios.
De todo ello se tiene que hacer cargo su humano y debes saber que es esencial cuidar cualquier detalle que tenga que ver con la protección de tu mascota ante el calor veraniego. Con ello evitarás que el perro se deshidrate, le dé una insolación, sufra quemaduras solares o lo peor: un golpe de calor, que podría acabar con la vida de tu mascota.
Además, el calor puede influir en el apetito del perro, así como en su descanso, lo cual puede desencadenar también otros problemas. Así que ya sabes que es fundamental refrescar al perro en verano. Estos 6 consejos ayudarán a mantener a vuestras mascotas cómodas y seguras frente al calor.
Para que nuestras mascotas estén cómodas y a una temperatura adecuada, debemos colocar su colchoneta o cama en el lugar más fresco posible de la casa. Esto es vital cuando se trata de perros braquicéfalos (cómo los bóxer o los chow chow) ya que su umbral de tolerancia al calor es muy bajo y pueden sufrir severos problemas respiratorios y de salud con el calor. Los sistemas como ventiladores o el aire acondicionado supondrán una gran ayuda. En el caso de vivir en una casa con jardín, se debe disponer de lugares a la sombra y bien aireados.
En el momento de acudir a tu servicio de peluquería de confianza, debes tener en cuenta que es fundamental dejar siempre una longitud mínima de al menos dos o tres centímetros para protegerle la piel y no exponerla totalmente a los rayos solares y a las agresiones del medio ambiente. Rasurar el pelo de la barriga es una gran ayuda para controlar su temperatura: al tumbarse en el suelo o en la alfombrilla refrescante, rápidamente encuentran alivio al calor.
Si se lo cepillamos a menudo y lo desenredamos bien, haremos que esté más cómodo y que pase menos calor. Consiste en una forma de airear su pelaje. Si nuestro amigo es de una raza que no muda el pelo, como un caniche, sí se recomienda cortarle el pelo con más frecuencia.
Debemos asegurarnos de que nuestra mascota bebe suficiente agua cuando salimos de paseo con ella. También es importante colocar bebederos con agua fresca y limpia, y renovarla por lo menos dos veces al día. No se debe dejar su bebedero expuesto al sol, y si quieres asegurarte de que el agua está más apetecible para tu perro, puedes introducir en ella un cubito de hielo.
No se aconseja realizar ejercicio intenso, ni dar largos paseos o practicar deporte con las mascotas en las horas más calurosas del día. Es aconsejable salir con él a primera y a última hora del día y, además, conviene llevar agua para poder hidratarle y refrescarle mientras permanece en el exterior.
En verano el pavimento de las calles está ‘ardiendo’ y puede lastimar sus almohadillas plantares. Si os acompaña a la playa, recordad que hay que evitar las horas de mayor radiación solar y estar atentos para protegerles.
Tus perros y gatos, cuando hace mucho calor al igual que nosotros tienen menos apetito. Por ello es recomendable que les des de comer en las horas de menor temperatura, es decir, por la mañana a primera hora o por la tarde-noche. Se debe tener en cuenta que el propio alimento (depende de lo que coma) también es una fuente de hidratación.
Si viajas con tu mascota en el coche debes evitar dejarla dentro cuando el coche esté parado ya que éste puede alcanzar temperaturas muy altas, que pueden desencadenar en un golpe de calor o incluso la muerte. Si no te queda más remedio, estaciona el coche en una zona en la sombra, dejando las ventanillas algo bajadas para que pueda circular el aire y minimiza al máximo el tiempo en el que estés ausente.