La ropa a la lavadora, detergente, suavizante, programa de lavado y las revoluciones justas. Solo queda esperar a tender la colada. Este proceso se repite constantemente en casa, pues qué sería de nosotros sin nuestra lavadora, ese electrodoméstico sagrado que nos salva al lavar nuestra ropa y dejarla como nueva. Pero, ¿alguien se acuerda de la limpieza de la lavadora? Por mucho que su misión sea lavar, ella no se lava por sí sola y, teniendo en cuenta que elimina a suciedad, esta puede acumularse, por lo que un buen mantenimiento le dará más tiempo de vida y un mejor funcionamiento. Y atento, porque el vinagre puede ser tu inesperado aliado. ¿Sorprendido?
Si estás pensando que vas a tener que limpiarla cada vez que lavas puedes estar tranquilo, no es necesario, pero sí que deberías limpiarla cada tres o cuatro meses. El exterior al final es lo de menos, pues con un paño húmedo puedes limpiar cada ciertos días el polvo que se va acumulando sobre ella. Sin embargo la verdadera guerra se encuentra en el interior, zona que se mantiene húmeda y puede ser un foco de creación y acumulación de bacterias o moho.
Pues aunque parezca increíble tu mejor aliado puede ser el vinagre. Para usarlo es mejor no hacerlo directamente, sino mezclándolo con agua caliente, de esta forma puede ser muy efectivo al hacer de desinfectante pero ser capaz de eliminar cualquier tipo de suciedad que se haya incrustado en el interior de la lavadora, por no hablar de que puede deshacerse de ese moho o bacterias que pueden haber surgido en su interior. Hacerlo de esta forma con un paño húmedo es rápido, pero también puedes echar vinagre en una cubeta del detergente y poner a funcionar la lavadora en un programa corto con agua caliente, dejando la puerta de la lavadora abierta al terminar para que el interior se seque y airee bien.
Aún siendo aconsejable para su interior también es bastante efectivo para repasar la goma de la lavadora y dejarla desinfectada y reluciente, aunque también para eliminar todo tipo de suciedad que se haya podido acumular en los cajones del detergente y el suavizante. Eso sí, cuando termines de limpiar recuerda repasar todo con un paño seco para eliminar la humedad, intentando dejar la menor cantidad posible de pelusas. Y si no te fías del todo del vinagre siempre puedes optar por limpiadores específicos, aunque muchos vienen con una base de vinagre.
Una cosa es tener toda la parte más visible de la lavadora bien limpia, algo importante, pero más lo es tener el filtro en condiciones. Restos de detergente, pelusas, pelos o cualquier otro elemento que se haya colado en el filtro puede no ser lo mejor ni para su funcionamiento ni para a limpieza de la ropa. Para ello desenchufa primero la lavadora y pon una toalla debajo por si al abrirlo sale el agua que se ha acumulado. Lo ideal sería sumergir el filtro dentro de agua caliente con vinagre y luego enjuagarlo bien eliminando cualquier tipo de resto visible que pueda quedar. Cuando esté bien seco lo vuelves a introducir en su sitio
También es muy posible que el problema de tu lavadora sea el olor, por lo que la ropa no terminaría de salir todo lo limpia que querrías y encima con un olor que nada tiene que ver con ese detergente o suavizante que tanto te gusta. Para que el mal olor no se haga con tu lavadora limpiarla como te hemos contado varias veces al año hará que ese olor desagradable no haga acto de presencia. Pero si hay que hablar de otros consejos lo mejor es que nunca llenes la lavadora del todo, respeta su capacidad de carga, tampoco uses más detergente de la cuenta porque puede jugar en tu contra, y algo indispensable: ventila bien después de cada lavado para que la humedad no cause estragos.
Ya ves que tampoco es tan complicado que tu colada salga en perfectas condiciones y el vinagre puede ser tu mejor aliado. Pero ante todo es importante tener buenos hábitos de uso y conservación para que tu ropa, lavado tras lavado, conserve su color y su tejido por completo.