Día de muertos, de santos, de ánimas… Rendir homenaje a los que ya no están con nosotros es una costumbre implantada a nivel global. ¿Pensamos en todos los que están en nuestra vida? ¿Debemos incluir a nuestros animales de compañía? Para Laura Vidal, autora de 'Cuando ya no está', no hay duda de que sí y ha llegado a esta conclusión por propia experiencia.
Vidal estudió Asistencia Técnica Veterinaria. Después de perder a los animales con los que compartía su vida, sufrió un duro proceso de duelo que la llevó a encauzar su camino en otra dirección. Cambió su manera de ver la vida y la muerte, y plasmó su historia en el libro 'Espérame en el arcoíris', el libro con el que ha ayudado a miles de personas a transitar sus duelos.
A raíz de su éxito, la escritora ha aprovechado su experiencia personal para encontrar su misión de vida: ayudar a otros a superar el duelo por la pérdida de sus animales realizando acompañamientos e impartiendo talleres y charlas, además de su labor literaria.
La popularidad de los perros como animal de compañía ha ido incrementándose paulatinamente con el paso de los años entre las familias españolas. Según la empresa de investigación de mercados Statista, en 2020, había 6,7 millones de perros acompañando a las familias españolas, dos millones más que hace diez años. Los gatos, por su parte, suman 3.795.000 ejemplares, cifra muy inferior a la de los hogares rusos, los más aficionados a tener gatos de compañía de toda Europa, con casi 23 millones de ejemplares.
Las cifras demuestran que los animales de compañía son una parte importante de las familias, un miembro más. ¿Por qué?
Por el vínculo que se ha creado entre nosotros. En muchos hogares los animales forman parte de la dinámica familiar. Se les quiere, respeta y tiene en cuenta como a un miembro más de la familia. Les damos todo nuestro amor y ellos nos lo devuelven multiplicado. Por eso el vacío que dejan tras su muerte desemboca en ese proceso conocido como duelo, que no se da exclusivamente entre humanos sino también entre humano-animal.
¿Cuál es la mejor manera de afrontar la muerte de un animal de compañía?
Siendo conscientes de que el duelo que vamos a vivir va a ser proporcional al amor que teníamos por nuestro compañero peludo. Dándonos permiso para llorar, estar tristes y pasar por cada etapa, cada fase del proceso.
¿Qué aconsejas a los que estén pasando por ese trance?
Realizar rituales puede ayudar a digerir y asimilar lo que ha sucedido, desahogarse y lo más importante, entender que, aunque su ser amado ya no esté, esa relación basada en el amor sigue viva y le acompañará por siempre.
El Día de Todos Los Santos, por tanto, ¿te parece una buena ocasión para rendirles homenaje?
Creo que el Día de Todos Los Santos es una oportunidad para realizar algún acto también en honor de nuestros animales que puede ser muy positivo para quien esté transitando el duelo y también para aquellos que ya lo tienen asimilado, pero siguen amando y recordando a su amigo cada día.
¿Hasta qué punto está aceptado socialmente el duelo por la muerte de una mascota?
Por desgracia aún hay mucha falta de empatía al respecto. Quienes no lo entienden, porque no han forjado un lazo tan especial con un animal, tienden a restarle importancia a la persona que está pasando por este dolor. El doliente al no sentir su dolor validado ni comprendido pasa el duelo en soledad lo que dificulta su camino.
¿Crees que esta falta de empatía está motivada por algo?
La base que como sociedad deberíamos trabajar es el respeto. Respeto por una persona que ha tenido una pérdida muy importante para ella y que está sufriendo. No cuesta nada no añadir más dolor a su dolor con frases hirientes o desafortunadas. Pongámonos en el lugar de los demás.
¿Hay alguna diferencia entre el duelo por un ser querido y el duelo por una mascota?
Un duelo es una una pérdida. Perder algo que amamos de nuestra vida, algo que nos aportaba y que era una fuente de satisfacción. En este caso las fases, etapas y emociones que vamos a pasar van a ser las mismas por un ser querido que por un animal de compañía porque al final estos últimos son a su vez seres queridos, considerados un miembro más de la familia en muchos hogares españoles. La dureza del duelo recaerá en la cercanía de la convivencia, lo que nos aportaba la relación y el lazo que nos unía a ese ser que ya no está.
Algunas personas optan por volver a vivir con una mascota, ¿es deseable esperar cierto tiempo o podemos hacerlo inmediatamente?
Cada caso es único y es muy difícil generalizar en el duelo pero, para la inmensa mayoría de dolientes lo mejor es esperar a tener el duelo gestionado antes de introducir un nuevo miembro en la familia. Es vital que nos paremos a analizar porque queremos convivir con un nuevo animal. Si esta decisión nace de la necesidad de 'poner una tirita' sobre el duelo para no pasarlo, a la larga nos va a perjudicar, no vamos a saber gestionar ni tendremos herramientas para los nuevos duelos que la vida nos depare. Las vidas de los que se van no son reemplazables.
Haber superado o no el duelo, ¿tiene alguna consecuencia para las mascotas?
Los animales son seres muy intuitivos que perciben el estado de ánimo y emocional de sus dueños. Lo vemos infinidad de veces los que convivimos con ellos día a día. Tienes un mal día y mientras que mucha gente de tu entorno no se da cuenta, tu animal, con solo mirarte lo percibe, se sienta a tu lado y apoya la cabeza en ti. Creo que si queremos que nuestros animales sean felices la mejor forma es ser felices nosotros. Al igual que esos amores de cuatro patas que fallecen, creo que lo que desearían es que sus dueños fueran felices una vez que ellos ya no están. Eso es el amor incondicional que nos enseñan.
¿Crees que cuando adoptamos o decidimos vivir con una mascota debemos valorar que va a vivir menos que nosotros, que posiblemente nos enfrentaremos a su pérdida?
Como sociedad hemos aprendido a mirar hacia otro lado en lo que a la muerte se refiere. No solo con los animales sino en general. Así que cuando llama a nuestra puerta nos quedamos helados, sorprendidos... como si fuera algo que le pasa a los demás pero a los de mi casa no. Los animales son un reflejo más de este hecho. Sabemos que viven menos pero lo que me suelo encontrar en sus responsables es que dicen: "Nunca me lo planteé".
¿Pero como puede ser, si sabemos que viven menos, que no nos lo planteemos?
El duelo es el precio que pagamos por el amor, y el precio a pagar para no sufrir el duelo es cerrar nuestro corazón a todo y a todos. Creo que es un precio demasiado alto. Es mejor aprender a vivir la muerte y el duelo, y seguir disfrutando de esa forma de la vida y de lo que seres tan magníficos como los animales tienen para ofrecernos.