Hablar de la muerte es complicado siempre, más aun cuando hablamos de la pérdida de nuestros padres, una de las situaciones más difíciles de soportar, incluso cuando la relación ha sido conflictiva. Los psicólogos advierten de que superar esta circunstancia solo es posible a través del doloroso duelo. Paradójicamente, pasar por él, experimentar y expresar estos sentimientos ayuda a superar la pérdida de esta persona.
El tiempo es la 'medicina' que necesitamos en los momentos de duelo. "Se necesita tiempo para asumir la pérdida y nuestra forma de llevar este duelo debe ser respetada, el respeto es una palabra clave y la mejor opción para las personas que nos rodean", explica en su web el psicólogo clínico Manuel Escudero, quien advierte del reto más importante: despedir a la persona física y aceptar que esta persona sigue con nosotros de manera simbólica y en nuestra memoria.
"A partir del momento del fallecimiento nuestra realidad cambia instantáneamente, se han roto los lazos que mantuvimos desde la infancia y es posible que falte una reconstrucción de nuestra propia identidad, porque de repente, es posible, que ocupemos otro rol dentro de la familia", señala el experto. Como cada uno viva y resuelva su duelo es una experiencia subjetiva, pero quizá también podemos reconocernos en las vivencias de estos uppers.
El periodista de Informativos Telecinco admite en su cuenta de Instagram que aun cuesta aceptar que sus padres "ya no están, ya no existen". Desaparecieron hace tiempo, llevándose todas sus virtudes y sus defectos, cuestionando, de alguna manera, la propia existencia. "La orfandad provoca una rara y larga sensación de desamparo", concluye David Cantero. Desamparo, quizás la única sensación común a todas las pérdidas.
Para paliar el desamparo, los psicólogos aconsejan homenajear a los fallecidos de manera positiva, recordando sus momentos más felices o importantes y manteniendo vivo su legado, tal y como hace el propio Cantero a través de sus redes sociales.
En julio de 2014 moría Carmen Hortal, madre de Ana Rosa Quintana. Semanas antes, la periodista había abandonado temporalmente su programa de televisión para estar junto a su madre en sus últimos momentos. Siete años más tarde, la 'reina de las mañanas' también ha decidido apartarse por un tiempo de los platós para hacer frente a su cáncer de mama. No es la primera vez que la enfermedad surge en su camino, pero sí la que deberá afrontar sin la compañía de su madre. La comunicadora estaba muy unida a su progenitora y, tras su muerte, confesó que lo que más echaba de menos era "no poder seguir llamándola mamá".
Según el psicólogo Manuel Escudero, si había una pauta o una rutina muy asentada entre padres e hijos, será una rémora a la hora de superar el duelo. "Cuidado con la rutina, igual realizabas una llamada o visita a tu padre o madre en algún momento fijo de la semana. Debes encontrar una forma de cambiar este hábito rutinario. Haz cosas que te gusten hacer y tómate tiempo para relajarte". De otra manera, respetar esos rituales, aunque sean una mera ensoñación, hará que nos enganchemos a la pérdida.
'Ordesa' es la monumental novela en la que Manuel Vilas hace un ejercicio de memoria y recrea la historia personal de sus padres y la suya propia. Y en esa historia, la muerte de una manera de vivir. "Mi madre muere en mayo 2014, yo estaba viviendo un divorcio y tenía problemas graves con el alcohol. Yo estaba asistiendo a la disolución de dos familias: la familia en la que yo había sido hijo y la familia que yo había fundado y en la que era padre", rememora el autor sobre ese momento de su vida.
Tocando fondo, decide que tiene que cambiar, pero para eso debía cumplir con el duelo; en este caso, literario. "Ver al mismo tiempo la disolución de mis dos familias me produjo una sensación enorme de desamparo. Y convoqué a los fantasmas de mi padre y de mi madre con ánimo casi terapéutico, para que me sirviera de bálsamo, como auxilio, para no sentir tanto dolor". El resultado está entre el Ordesa físico, el imponente valle pirenaico donde transcurre la ficción, y ese mundo de protección paterno-filial al que el escritor quiso volver en su novela.
La actriz Ana Milán es vital, locuaz y divertida. Al menos en sus redes sociales, pero hay un tema capaz de hacerle perder la sonrisa: la ausencia de los suyos. Hace unos días publico en Twitter la sensación que lo provocaba saber que los padres y abuelos ya no están donde solían, muchas veces al otro lado del teléfono. Para Milán, el desamparo da paso a la rabia, aunque lo exprese a su estilo: "escuece. Un montón".
Para que la rabia o la ira no se asienten en nosotros, los expertos recomiendan expresar las emociones, llorar, incluso, siempre que lo sintamos necesarios. La ira no canalizada puede derivar en trastornos más profundos de la personalidad.
Superar la muerte del padre o la madre es una experiencia subjetiva. Por tanto, no hay recetas válidas para todo el mundo. Sin embargo, hay pautas que pueden ayudarnos, independientemente de las circunstancias. Estas son las que los expertos recomiendan: