Encarna. 44 años. Hija única y madre soltera de gemelos, uno de ellos con discapacidad. Cuando su padre falleció, ya cuatro años atrás, su madre, Lourdes, se mudó a su casa. Desde ese momento, su vida cambió de forma radical. Pasó de tener que cuidar a dos, a hacerse cargo de tres: dos hijos y una madre de 75 años con problemas de movilidad y diabetes. "No tenía tiempo, dinero, ni nadie con quien compartir el esfuerzo", cuenta Encarna.
Ella forma parte de un grupo poblacional cada vez más numeroso, la llamada por sociólogos, generación sándwich o 'padrhijos'. Personas que tienen que cuidar de familiares mayores en una situación de dependencia y a hijos, menores de 18 años, al mismo tiempo. Según los datos de Helpycare, una agencia dedicada al cuidado de ancianos, el 12% de los padres actuales de 45 años forman parte de este grupo y dedican tres horas diarias al cuidado de su familia.
Un porcentaje que, lejos de descender, se espera que se incremente en los próximos años. Esto se debe a que, según afirma el instituto Nacional de Estadística, el número de personas mayores de 65 años aumentará de manera exponencial para el año 2025.
Hija de edad intermedia. Es el perfil del cuidador familiar en España, de acuerdo con el estudio Envejecimiento en Red. Es el caso de Encarna y también el de Claudia, de 54 años. Nos cuenta que su madre se sometió a una operación hace 26 años y desde ese momento empezó a hacerse cargo de ella. "Mi hermano no vive en Madrid y por lo tanto me tengo que hacer cargo yo. Y esto, no solo implica atención y cuidados, también un gasto económico elevado", apunta.
Efectivamente. Puede ser hasta de 10.000 euros al año, según Helpycare, entre los gastos y las reducciones de jornada que puede acarrear tener a alguien a tu cargo. Además, debemos hablar del coste emocional que esto conlleva debido al cambio de modelo familiar. Antes, aunque pasase lo mismo, se tenían muchos hijos, con lo que la responsabilidad se repartía. Pero ahora no sólo aumenta la esperanza de vida en España, sino que el número de hijos se reduce, recayendo la responsabilidad del cuidado de los ancianos y dependientes, en cada vez un menor número de familiares.
Otra de las cosas que hay que tener en cuenta es el cambio de actitud. Cuando los padres llegan a casa de un hijo cambian radicalmente. "Mi madre se ha convertido, en mi caso, en una segunda hija. La relación se invierte hasta el punto de que echo de menos ser hija. La semana pasada, por ejemplo, estaba en la oficina hablando con mi hija sobre si se puede ir o no al viaje de fin de curso por el coronavirus y en cuanto colgué, me sonó una alarma en el móvil para recordar a mi madre que se tomase la pastilla diaria", nos cuenta Claudia.
Un no parar del que nadie te avisa y que acarrea daños colaterales, relacionados, en ocasiones con la pareja. Según el estudio mencionado anteriormente, el 25% de los ‘padrhijos’ realizan sacrificios en sus relaciones de pareja por el cuidado de familiares senior. Alicia, de 40 años, es madre de una niña de 3 años de edad y un niño de 6 años, vive en Lugo con su marido, hijos y sus suegros. "La presión sobre mi familia en estos momentos es considerable. Voy a ser sincera, genera mucha tensión en nuestro matrimonio y si mi marido o yo perdemos el trabajo, lo pasaremos mal, tenemos muchas personas que dependen ahora de nosotros", relata.
Encarna, Claudia o Alicia son solos tres de los miles de casos de padrhijos que se dan en nuestro país. Tratar el tema con anticipación en la familia, informarse sobre las prestaciones de la Ley de Dependencia o conocer el poder adquisitivo con el que contará el anciano en el momento de tener que mudarse con su hijo, son solo algunas de las recomendaciones que dan los expertos en cuidado de mayores para evitar tensiones, gastos y conflictos innecesarios.