Elon Musk acaba de ser papá junto a la cantante Grimes. El empresario, fundador de Tesla, Paypal y SpaceX, y una de las mayores fortunas del planeta, está disfrutando de un momento dulce, ese tipo de momentos que se contagian a toda la familia. Y, por supuesto, a los abuelos; en este caso a la exmodelo y emprendedora Maye Musk. Mirando la relación entre madre e hijo se nos viene una frase a la cabeza: Detrás de un gran multimillonario hay una gran madre, tenaz, perseverante y, ahora, rica y famosa. En suma, la mujer que consiguió que un niño criado en un entorno hostil forme parte del selecto club de los billonarios.
Elon Musk nació en Sudáfrica en 1971 y su infancia estuvo marcada por el divorcio de sus padres cuando solo tenía ocho años. Tuvo que hacer frente a episodios de acoso escolar, a una situación precaria desde el punto de vista económico y la mala relación con su padre, acusado de malos tratos hacia su esposa.
Sin embargo, Maye Musk, entonces una conocida modelo canadiense, decidió que sus hijos no iban a vivir en la miseria para siempre y aceptó todo tipo de trabajos. En el caso de Elon, Maye hizo todo lo posible para que el niño pudiese desarrollar su talento: con 10 años acudía a clases de informática y con 12 ya pudo programar su propio videojuego.
Buscando un futuro mejor para sus hijos, regresó a Canadá, el país con uno de los mejores sistemas de educación pública del mundo. Elon comenzó allí sus estudios universitarios y empezó a crear sus primeras empresas.
En el caso de Kimbal y Tosca, gozan de una suerte similar. Ambos son dos personas con carreras de éxito que han sabido labrarse una importante fortuna a través de distintos negocios ligados a la restauración y a la industria audiovisual.
Para Maye Musk, sus hijos han conseguido lo que se han propuesto gracias a un 'secreto de crianza' que ha compartido en el libro 'Una mujer, un plan: una vida llena de riesgos, belleza y éxito'. Según la emprendedora, hay una serie de cualidades que ayudan a atraer la fortuna. "A mis hijos les enseñé a ser independientes, amables, honestos, considerados y educados para trabajar duro y hacer cosas buenas", señala en su libro.
Sin embargo, hay un valor que destaca por encima del resto: tratar a los niños desde que son pequeños como personas responsables: "No los traté como bebés ni los regañé", explica. Aceptar las responsabilidades y centrarse en lograr objetivos fueron las competencias fundamentales con las que crio a sus hijos, pese a que jamás les impuso ningún tipo de condición. Simplemente, les dejó desarrollar sus habilidades de una manera libre y saludable. Hoy, con más de 540.000 seguidores solo en Instagram y una carrera ascendente como escritora, nutricionista y activista (solo hay que ver sus posts sobre la guerra de Ucrania), parece que la receta de Musk también funciona para empoderar a las mujeres mayores de 70. Y así lo expresa en lo que llama "su hashtag favorito": #esmaravillosotener73.