Y llega el día en el que vas a votar con tu hijo. El mío pertenece a una generación que no tiene prisa por conducir ni por tener coche ni moto. Ninguna prisa por contaminar, por acelerar el cambio climático, ni por acabar los estudios, porque lo que le gusta es estudiar sus materias favoritas, cuánto más tiempo mejor, no hay ganas de empezar a trabajar, de entregar tu vida a otros…
Esta generación sí tiene prisa por votar, ganas de opinar, por disfrutar de ser parte activa de la sociedad. Ganas de leer programas electorales. Nuestros hijos tienen mucho que decirnos y ¡ojo! saben escuchar. Euforia: 'Que gusto, ¿cuándo se vota otra vez?'
Llega el día en que te levantas y todo acompaña el ritual: mañana de sol, centenares de vecinos cruzándose por las calles. Faltó la caña de la vuelta, que hoy es día laborable. Hay sonrisas, calma, felicidad. En mi calle no hay crispación. Ni la hubo, ni está ni se la espera.
Pero hay otras cosas… Celindas en flor y ancianos que salen de casa tan contentos, vacunados por fin, y orgullosos como siempre de su voto, de votos que hacen historia. Y hay jóvenes con ganas de estrenarse. Con ganas de lucir camiseta, rockera si es posible, y doble mascarilla.
Jóvenes que han estrenado su mayoría de edad volviendo a las 23:00 horas a casa durante más de un año (porque sí, la inmensa mayoría vuelve a casa a las 23 horas), que han lucido a diario mascarillas que han machacado sus rostros sensibles post-adolescentes, que aprendieron a seguir a los profesores en la distancia y la soledad de sus habitaciones maldiciendo cada caída de la wifi, que perdieron sus ceremonias de graduación y acabaron el bachillerato sin pena ni gloria, que perdieron sus viajes de fin de curso. Hoy, sí, la ilusión por votar les hace olvidar tanta anomalía que han asumido con una apabullante normalidad.
Y, cosas del covid, nuestros jóvenes además dejan caer la papeleta con su mano en la urna… Un placer que no siempre tuvimos. A mí al menos siempre me dio rabia que fuera el presidente de la mesa quien metiera mi papeleta en la urna y no yo. Casi como si le estuvieras cediendo a ese tipo un pedacito de tu derecho al voto… Hoy la experiencia ha sido plena el cien por cien. Un voto de cine.
Ya somos tres votando en casa. Tres votos cargados de significado.
Ilusión compartida con los 119.664 jóvenes que pueden votar hoy por primera vez por haber cumplido los 18 años desde las últimas elecciones del 26M de 2019, y con los 88.620 que los han cumplido desde las últimas elecciones a las Cortes Generales del 19 de noviembre del mismo año.
De vuelta a casa y a la espera del recuento electoral -hoy la cena en familia promete ser muuuuy entretenida-, sólo nos queda pedir que la fuerza nos acompañe. No nos olvidemos que el 4 de mayo es mucho más que el día de las elecciones de la Comunidad de Madrid (Gracias Vengamonjas por recordarnos cuánto importan los chismes de Madrid en Castellón… 😊, sois enormes!!).
May the 4th be with you. Hoy 4 de mayo es día para otras estrellas, hoy es el Star Wars Day: Que la fuerza nos acompañe, a los hijos y a los padres. Las estrellas están en otra galaxia, no en la nuestra.