La Covid-19 ha alterado nuestra vida, pero de manera especial la gestión de la muerte. Los entierros sin funeral, velatorios o abrazos han sido, además de la pérdida de los seres queridos, uno de los grandes pesares de esta pandemia que deja ya más de 26.000 fallecidos por contagio.
Recordemos que el 30 de marzo el Ministerio de Sanidad prohibió la celebración de velatorios en todo tipo de instalaciones, públicas o privadas, así como en los domicilios particulares y también las ceremonias fúnebres para evitar el contagio del coronavirus. Así lo recogía la Orden SND/298/2020 de 29 de marzo publicada en el Boletín Oficial del Estado que detallaba, además, que la prohibición afectaba a todos los fallecidos, y no solo a aquellos que estuvieran infectados por Covid-19.
El Gobierno ha publicado un nuevo protocolo sanitario con un paquete de medidas que entrarán en vigor en los territorios que avancen hacia la Fase 1 del plan de desescalada (Madrid no). Antonio Santos, responsable de Marketing de Servicios Funerarios de Madrid (SFM), la empresa que gestiona los 14 cementerios municipales de la capital, nos detalla cómo será la reapertura de los velatorios, de acuerdo con la disposición 4791, firmada por el ministro de Sanidad, Salvador Illa, y publicada el miércoles, 5 de mayo, en el BOE. "Tardaremos en volver a ver funerales multitudinarios con abrazos de consuelo a los seres queridos", explica Santos.
Estas nuevas medidas, ya se aplican, desde el día 2 de mayo, las islas de La Graciosa, La Gomera, El Hierro y Formentera
La comitiva para el enterramiento o cremación de la persona fallecida se restringe a un máximo de quince personas, entre familiares y allegados, además del religioso o persona que practique los ritos funerarios.
Desde el 30 de marzo, solo se estaba permitiendo que tres familiares o allegados, además del representante religioso, participasen en esta comitiva. Se mantiene la distancia de seguridad de uno o dos metros entre los asistentes.
Se permitirá la asistencia siempre que no se supere un tercio de su aforo y se cumplan las medidas generales de higiene y distancia física establecidas. Algunas diócesis ya han empezado a marcar algunas normas adicionales, como evitar los coros o simplificar el gesto de la paz con una ligera inclinación de cabeza. Se reducirán los tiempos en la unción de enfermos y otros ritos. En las fases sucesivas se irá ampliando la asistencia grupal a los templos, pero nunca será masiva.
En la Fase 2, prevista para los días comprendidos entre el 26 de mayo y el 9 de junio, el aforo se ampliará al 50% del aforo y se mantendrán la distancia recomendada y máxima higiene. En la siguiente se irá retomando la vida pastoral ordinaria siguiendo siempre las medidas que marque la situación médica del Covid-19. En general, se recomendará el uso de mascarilla a los fieles, las pilas de agua bendita continuarán vacías y las puertas de las iglesias se mantendrán abiertas para no tener que tocar las manillas o los pomos.
La pandemia obligó a posponer la celebración de cultos religiosos o ceremonias civiles fúnebres. La nueva orden autoriza los velatorios en todo tipo de instalaciones, públicas o privadas, con un límite máximo de 15 personas en espacios al aire libre y 10 personas en espacios cerrados.
Esta es una de las medidas de seguridad e higiene establecidas por las autoridades sanitarias para la prevención del Covid-19, además del mantenimiento de una distancia mínima de seguridad de dos metros e higiene de manos con gel hidroalcohólico.
El texto publicado en el BOE indica que los precios de los servicios funerarios no podrán ser superiores a los vigentes con anterioridad al 14 de marzo, es decir, a la entrada en vigor del estado de alarma. En el caso de servicios ya abonados, la empresa deberá iniciar de oficio la devolución de la diferencia. Si ese reembolso no puede llevarse a cabo, el usuario dispondrá de seis meses para solicitarlo. Previamente, las empresas habrán facilitado al usuario un presupuesto desglosado de los gastos de los servicios fúnebres.
Dadas las circunstancias excepcionales de esta situación, algunas funerarias están revisando las facturas emitidas y asumen la responsabilidad de comprobar el importe cobrado para rectificar, si fuera el caso, aquellos cargos que puedan ser incorrectos o indebidamente repercutidos durante el estado de alarma.
Para garantizar protección a las familias, cada funeraria está adoptando medidas específicas en sus tanatorios, como estas que van a aplicar las funerarias municipales de Madrid: