El coronavirus nos ha dejado a todos confinados en casa. Ya son más de dos semanas las que llevamos recluidos sin poder salir más que para compras de primera necesidad y casos justificados. Los primeros días fueron duros, pero parece que la situación empieza a ser algo rutinaria y nuestro cuerpo se acostumbra… menos a estar lejos de los que más queremos. Si de algo esta sirviendo este virus es para demostrarnos que, aunque creamos que no, echamos de menos a los nuestros. Antes existía la posibilidad de coger un vuelo, un tren o un coche e ir a ver a tus padres, o con un simple mensaje convocar a tu grupo de amigos para ir a tomar algo por la noche. En muy poco tiempo nos hemos quedado sin eso, pero no sin poder verlos, porque las videollamadas están siendo la gran salvación ante esta situación.
Lola, de 62 años, vive sola. Dos de sus hijos están en la misma ciudad, pero cada uno en su respectiva casa, mientras que otro de ellos vive fuera. Antes hablaba a diario con cada uno, pero esta situación ha hecho que por primera vez, haya hecho una videollamada a través de Whatsapp con sus hijos. “No sabía ni que esa opción existía”, comenta tras haber podido hacer una llamada con vídeo y ver a sus tres hijos a la vez.
A Jaime, de 52 años, le ha ocurrido lo mismo, vive con su mujer y su hija pequeña, pero la mayor estudia fuera de la ciudad. De esta forma, con la llegada del coronavirus han hecho videollamada por primera vez. Sin duda, el COVID-19 ha conseguido que muchos adultos descubran nuevas alternativas y posibilidades en sus teléfonos móviles, algo que hace apenas unos días ni se imaginaban.
Para muchos, ver que pueden hacer una llamada con vídeo en la que participan más de dos personas es todo un descubrimiento. Durante estos días, ha habido aniversarios, cumpleaños y otras muchas celebraciones que, debido al estado de alarma en el que España se encuentra, no se han podido celebrar como se esperaba. Pero eso no significa que no hayamos podido estar juntos, porque gracias a la tecnología, estamos pasando el confinamiento más unidos que nunca.
Cuando contestas a una videollamada y ves en tu móvil u ordenador la cara de tu madre, de tu hijo, o de tu mejor amigo, es inevitable que se te escape una sonrisa. Los puedes ver como si estuviesen ahora mismo ahí, contigo. Solo una pantalla (y muchos kilómetros) les separan, pero están más cerca que nunca. Porque antes no nos preguntábamos tanto por los estados de ánimo, por si necesitábamos algo, ese simple “cómo estás” que tanto se necesita escuchar en muchas ocasiones.
Abuelos que hablan con sus nietos, grupos de amigos que quedan para charlar o para tomar el vermut en la distancia. Las videollamadas están siendo una gran salvación para los que viven solos, para los que están lejos o para aquellos que están en cuarentena en un hospital y conectan diariamente con su familia.
Si los aplausos de las ocho de la tarde nos hacen sentir que no estamos solos, que nuestros vecinos están ahí, al otro lado de la pared, pasando lo mismo que nosotros, Skype, Whatsapp, Facetime y una infinidad más de aplicaciones nos permiten estar cerca de nuestros seres queridos en estos días tan difíciles. Porque aunque nos encantaría estar junto a ellos, sabemos que nuestra responsabilidad ahora mismo es quedarnos en casa. Solo así podremos sustituir los abrazos virtuales de las videollamadas por los abrazos físicos que tanto necesitamos y que cada día están más cerca.