Pedalear al ritmo que marca la naturaleza del paisaje, limpiar los pulmones de la vida urbanita y disfrutar de nuevos caminos desconocidos por montañas, praderas infinitas o al borde del mar. La excusa es perfecta para subirnos a la bicicleta en solitario, con familia o con amigos cada fin de semana o robándole unos días al trabajo. En Uppers hemos buscado cuáles son las mejores rutas en bici de España aprovechando que las jornadas son más largas y todavía no aprieta el verano.
Algunas de las rutas en bici de montaña que hemos planificado para principiantes o ciclistas un pelín más experimentados están planteadas para repartirlas en una, dos jornadas o incluso una semana. La idea es aprovechar para pernoctar en las distintas localidades. Muchas empresas ofrecen el servicio de transporte del equipaje entre los hoteles, reservan los restaurantes e incluso organizan circuitos de SPA para recuperar fuerzas tras el pedaleo. No obstante, también se puede llevar unas alforjas en la bici con los productos de aseo básico y una muda.
Estas son las ocho rutas en bici de montaña que te proponemos:
Lugar: Cantabria.
Longitud: 65 kilómetros.
Esta ruta por el oriente de Cantabria enlaza la localidad de Santoña con la ciudad de Santander. Un paisaje de playas espectaculares con suaves colinas y montañas de fondo de un verde intenso. En la población donde se inicia el recorrido se soban y se envasan las mejores anchoas del país y se encuentra la larguísima y casi salvaje playa de Berria. Partiendo de Santoña la ruta llega a Argoños, pasa por las poblaciones de Noja e Isla, separadas cuando la marea sube y unidas por la playa cuando baja. Después se dirige a Ajo, Galizano, Somo, Pedreña, Astillero y Maliaño, todas ellas poblaciones que miran al Cantábrico hasta la misma ciudad de Santander.
Lugar: Cataluña.
Longitud: 150 kilómetros.
El recorrido cuenta con caminos muy bien preparados para la bici de montaña y permite contemplar desde las dos ruedas y a un ritmo más apacible algunos de los monasterios cistercienses más impresionantes de Cataluña. La Ruta del Císter no presenta mucha dificultad y atraviesa parte de las provincias de Lleida y Tarragona. Es una gran oportunidad para visitar Poblet, Santes Creus o Vallbona de Les Monjes, así como la ciudad amurallada de Montblanc.
Lugar: Aragón y Comunidad Valenciana.
Longitud: 200 kilómetros.
Los 200 kilómetros de esta ruta recorren el interior de las provincias de Teruel, Castellón y Valencia. Lo curioso es que se aprovecha las infraestructuras ferroviarias que hace muchos años quedaron en desuso. La propuesta es de la Fundación de los Ferrocarriles Españoles dentro de su programa Vías Verdes. En esta ocasión requiere un poco más de entrenamiento y capacidad.
El camino recorre el Valle del Palancia y el Parque Natural de la Sierra Calderona. El lugar de inicio es Monreal del Campo, atraviesa los Montes de Teruel con paradas para visitar Ojos Negros, Cella y Teruel. Después entra en la provincia de Castellón para llegar a Jericá y termina frente al Mar Mediterráneo en la localidad costera de Sagunto, en Valencia.
Lugar: Castilla y León.
Longitud: 205 kilómetros.
En el siglo XVIII, el rey Felipe VI ordenó construir un canal de agua que uniera los lugares donde se cultivaba el cereal en Palencia, Valladolid y Burgos con los puertos marítimos del norte del país. Esta obra de ingeniería incluyó una serie de exclusas con las que salvar la pendiente del terreno. El Canal de Castilla comienza en el municipio de Alar del Rey y concluye en dos lugares: en Valladolid y en Medina de Rioseco, donde se encuentran las esclusas finales en los ramales del sur y de Campos. A lo largo de los laterales del canal discurren las vías para hacer andando o en bicicleta por un relajante entorno cultivado. Además, el sistema de exclusas con sus dos siglos de historia es espectacular.
Lugar: Principado de Asturias.
Longitud: 29,1 kilómetros.
Todo el camino es espectacular y preparado para recorrer a un ritmo tranquilo uno de los pocos lugares donde el oso pardo sigue viviendo en libertad. Por tanto, hay que respetarlo y no hacerse notar. La ruta se abre en el valle del río Trubia y entre bosques donde el agua ha hecho camino y esculpido desfiladeros. Como muchas otras, el camino discurre sobre una antigua vía férrea por la que se transportaba el carbón desde Teverga y Quirós hasta Trubia.
Comienza en Tuñón, en Santo Adriano, y avanza paralela al río hasta llegar a Cueva Huerta, en Proaza. Todo el camino tiene algo de pendiente, pero a la vuelta se hace muy agradable. Mucho antes de llegar al final, en Caranga de Abajo, el camino se bifurca hacia el Embalse Valdemurio o a Entrago donde lo que destacan son los desfiladeros.
Lugar: País Vasco, Comunidad Foral de Navarra.
Longitud: 27 kilómetros.
Se trata de una ruta muy sencilla y agradable que no implica mucho esfuerzo. Es otra de las propuestas del programa de Vías Verdes de la Fundación de los Ferrocarriles Españoles. Los 27 kilómetros unen Estella con Vitoria por el antiguo trazado que realizaba el tren entre ambas localidades. Resulta espectacular entrar y pedalear por uno de los antiguos túneles ferroviarios de la época. El túnel que abre paso en este camino mide un kilómetro y medio y está bien iluminado.
Lugar: Menorca, Islas Baleares.
Longitud: 185 kilómetros.
Menorca es una isla con poco desnivel con lo cual no presenta mucha dificultad a la hora de circular en bicicleta, sin embargo, en la ruta sí que hay ciertas zonas donde se necesita tener más experiencia. Camí de Cavalls recorre todo el perímetro de la isla de modo que es la forma perfecta para descubrir la diferencia espectacular entre su paisaje y sus calas del sur y del norte. Toda la ruta es increíble. Aunque hay algunos tramos que destacan como el que transcurre entre cala del Pilar y Algaiarens de 8,22 kilómetros; el que enlaza cala Morell con Punta Nati con 6,84 kilómetros de ruta; o los casi 10 kilómetros de camino entre cala Galdana y Santo Tomás.
Lugar: Comunidad de Madrid.
Longitud: 50 kilómetros.
La travesía a lo largo de sus 50 kilómetros cuenta con bastantes desniveles por lo que para llevarla a cabo es mejor contar con más práctica y más fondo. El lugar es precioso y de leyenda. Cuentan que mientras se estaba construyendo el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, Felipe II pasaba jornadas a los pies de Las Machotas contemplando cómo avanzaban las obras, aunque tuvo que esperar porque finalizaron en 1584, cuando habían transcurrido 21 años tras haber colocado la primera piedra. La ruta recorre, entre otros lugares de interés, el Mirador de la silla de Felipe II, el bosque de la Herrería, la Cueva del Oso, el Monte Abantos, el embalse de la Jarosa y termina en el Monasterio.