Desde que las plataformas VTC llegaron a nuestras vidas, como Uber, Cabify o la reciente Bolt, tener un coche que nos lleve a donde queramos está a golpe de clic en nuestro móvil, convirtiéndose además en competencia directa para el taxi, lo que ha llevado a más de una polémica. No obstante, puede que en muchas ciudades españolas los VTC desaparezcan a partir de este otoño debido a la falta de regulación por parte de las Comunidades Autónomas, que han tenido cuatro años para hacerlo y solo han legislado estas plataformas Madrid, Cataluña y Castilla-La Mancha. ¿Corren peligro los VTC?
Para ponernos en situación debemos retroceder hasta 2018, cuando se generaron algunas de las primeras protestas del sector del taxi ante la llegada y cada vez más creciente competencia, momento en el que el Gobierno aprueba el llamado ‘Decreto Ábalos’ que impedía a las licencias VTC hacer trayectos urbanos más allá de octubre de 2022, transfiriendo competencias a las comunidades autónomas para la regulación de los VTC en cada región.
Es decir, si en el tiempo restante hasta octubre las comunidades autónomas no regulan las licencias VTC, estás dejarán de prestar servicios, quedando las empresas en un limbo sin regulación alguna sobre su labor. Es poco probable, además, que todas las comunidades autónomas consigan en este plazo una regulación a tiempo, con este en contra y echándose encima con el verano de por medio, ya que son necesarios trámites parlamentarios para la regulación.
Entre las posibles soluciones, al menos a corto plazo, está que el ministerio de Transportes y Movilidad Urbana amplíe ese periodo que se cumple en octubre para que las comunidades autónomas puedan realizar sus regulaciones. Además, el sector VTC se calcula que genera unos 61.000 puestos de trabajo directa e indirectamente.
Se estima que en España hay alrededor de ocho millones de usuarios de los servicios VTC que, de quedarse sin regulación en octubre, gran parte de ellos quedarían solo con el servicio del taxi.
Ahora queda en el aire la supervivencia de los VTC en gran parte del territorio español, con menos de tres meses para que finalice el plazo de regulación de este transporte y con agosto de por medio, un mes en el que prácticamente no hay movimiento legislativo y que prácticamente deja en el tejado del ministerio una ampliación del periodo como única solución a corto plazo para que los VTC no desaparezcan de gran parte de las ciudades españolas.