En los últimos meses echar gasolina se ha vuelto una tarea complicada para muchos con la subida del precio del combustible, aún con el descuento de los 20 céntimos por litro que sigue vigente. En todo caso, siempre hay consejos como estar atento a las variaciones de los precios para aprovechar los días en los que está más barato o llenar el tanque, ya que de esta manera se vacía más lentamente y tardamos más en volver a pasar por el surtidor. Si no queremos que echar gasolina sea todavía más caro tenemos que estar atentos a cómo lo hacemos, ya que podemos acabar con una multa si realizamos ciertas acciones, algunas muy repetidas entre los conductores.
Es precisamente en el Reglamento de Circulación donde se establece cómo debemos repostar combustible con nuestro vehículo en el punto 3 del Artículo 115. “Para cargar combustible en el depósito de un vehículo, este debe hallarse con el motor parado. Los propietarios de aparatos distribuidores de combustibles o empleados de estos últimos no podrán facilitar los combustibles para su carga si no está parado el motor y apagar las luces de los vehículos, los sistemas eléctricos como la radio y los dispositivos emisores de radiación electromagnética, como los teléfonos móviles”.
Con ello, la norma establece que el motor siempre debe estar apagado en el momento de echar gasolina, algo que rara vez se incumple. No obstante, puede ser habitual que la radio o las luces en caso de ser de noche queden encendidas durante esos minutos de repostaje, aunque no es lo habitual.
Sin embargo, el caso más llamativo es la prohibición del uso del teléfono móvil, algo que sí que es recurrente cuando pasamos por la gasolinera y aprovechamos esos minutos para contestar unos mensajes o hacer una llamada antes de volver a arrancar. La norma también indica en el punto 4 del artículo que, ante la ausencia de empleados, si tenemos que ser nosotros los que echemos la gasolina, se deben seguir las mismas pautas.
¿Por qué es tan estricto el Reglamento? Principalmente para evitar cualquier tipo de explosión o incendio, ya que al utilizar el móvil puede haber contacto entre una chispa o radiación electromagnética y los vapores que generan los combustibles. A pesar de que las posibilidades son mínimas, las autoridades prefieren prevenir.
En caso de que algún agente te pille haciendo alguna de estas acciones, especialmente la del móvil, que es la más probable, se pueden enfrentar a una sanción de hasta 100 euros. Por lo que si ya de por sí la gasolina no está especialmente barata, llenar el tanque se te puede encarecer todavía más.