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Está claro que con la mejora del tiempo en España pisamos el acelerador a tope. Solo en 2020 los radares formularon 2,5 millones de denuncias por exceso de velocidad en autopistas. Solo para este fin de semana largo, la DGT tiene previsto que se realicen más de cinco millones de desplazamientos muchos de ellos con destino a la Comunidad Valenciana. Lamentablemente ocurre lo mismo en cada festivo: el incremento de desplazamientos conlleva un incremento proporcional en el número de infracciones. Y es habitual que a la vuelta del verano, por ejemplo, las familias se las vean con una que otra sorpresa.
Los radares cumplen en ese sentido una importante función disuasoria pero, echa la ley echa la trampa, son muchos los conductores que al amparo de las aplicaciones con detectores de radares aplican el clásico frenazo al momento de acercarse a uno de ellos… solo para volver a acelerar minutos después.
Para contrarrestar esta mala praxis -y echar calderilla a las arcas del estado- la DGT implementó hace unos meses el sistema de radares cascada, que no es otra cosa que agregar a los radares fijos -cuya ubicación es pública- otro radar móvil que podría estar ubicado -esto nunca lo sabrás, lector, he ahí el quid del asunto- kilómetro antes o kilómetro después del otro. Sencillo pero efectivo.
Y es que los tramposos de la velocidad pocas veces tienen en cuenta que el típico frenazo al detectar un radar cercano, supone un altísimo riesgo en carretera además de considerarse una ‘infracción grave’. Tan es así que si los radares en cascada te detectan, la DGT te puede multar con hasta 200 euros… además de la propia multa por exceso de velocidad. ¿A que ahora te lo pensarás dos veces antes de frenar intempestivamente?
En efecto, más del 70% de los infractores por velocidad son jóvenes de entre 25 y 29 años. Dos tercios de ellos son hombres. Además de la velocidad, otras infracciones relacionadas con la temeridad o la falta de experiencia, como no respetar la distancia de seguridad entre vehículos en carretera, hacen de ellos los conductores más propensos a causar accidentes muchas veces mortales. Punto a favor del colectivo upper que, sin embargo, no debe bajar la guardia. Recuerda que por mucho que corras la DGT te sigue los pasos. Eso sí, por tu propio bien.