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Basta echar un vistazo a las páginas de cualquier periódico o ver varios minutos de algún telediario para confirmar que, pese a las normas de seguridad vial y lo estricto del código de circulación, se siguen cometiendo infracciones. La Dirección General de Tráfico reconocía el pasado verano que el volumen de sanciones impuestas a los conductores españoles durante 2021 había sido el más alto de la última década, en parte, debido a la acción de los radares móviles camuflados. Pese a ello, de vez en cuando se difunde algún caso particularmente llamativo de incumplimiento de la normativa de circulación. Ahora hemos conocido todos los detalles sobre la multa de velocidad más alta jamás conocida.
No fue en España donde tuvo lugar esta multa de récord, sino en Bélgica. Los hechos ocurrieron en 2022, pero la información no había trascendido hasta ahora. Las autoridades de tráfico del país europeo han evitado dar detalles concretos sobre el lugar en el que se produjo, qué vehículo fue el culpable o la identidad de la persona que lo conducía.
Pero la cifra de velocidad alcanzada por el coche es lo suficientemente elocuente. El vehículo fue captado por un radar móvil circulando a nada más y nada menos que 388 kilómetros por hora. Es más, teniendo en cuenta los márgenes de error que el mencionado dispositivo puede abarcar, la velocidad real del automóvil podría ascender hasta los 413 kilómetros por hora.
Ante semejante cifras, parece obvio que la infracción debió tener lugar en alguna autopista o autovía belga: la idiosincrasia de carreteras y otro tipo de vías impediría que se alcanzase esta cantidad de kilómetros por hora, en cualquier caso. Bélgica establece el límite de velocidad máxima para estas vías más rápidas en los 120 km/h (como ocurre en España), por lo que el infractor habría triplicado, o más, el límite legal permitido.
Pero la historia ofrece un giro inesperado. Como avanza el medio francés TF1 Info, se da una particularidad que podría implicar que el infractor se librase de la multa. Los radares móviles no están homologados ante velocidades tan altas, por lo que las mediciones podrían ponerse en duda y no servir para imponer la sanción administrativa.
El dato ofrece, además, algo de luz respecto al tipo de vehículo que habría cometido el ilícito administrativo. Principalmente, porque no existen muchos modelos que puedan alcanzar los 400 kilómetros por hora. Teniendo esto en cuenta, la lista se reduce considerablemente, componiéndose a base de vehículos de superlujo y modelos deportivos de última generación.
Lo cierto es que no resulta sencillo crear un automóvil que supere con holgura la mencionada cifra, el doble de lo que cualquier vehículo estándar puede llegar a alcanzar habitualmente. Son vehículos pertenecientes a casas como Bugatti, que incluye varios modelos que la alcanzan (como el Bugatti Veyron o el Bugatti Chiron). Además, otros como el Koenigsegg Jesko, el Hennessey Venom F5 o el SSC Tuatara.