El que tiene garaje vive más tranquilo que el que no lo tiene. Esto es así. Dejar el coche en la calle, muchas veces durante varios días en los que no lo mueves, termina siendo un quebradero de cabeza. Si estará bien, si le habrá pasado algo, si alguien le habrá dado un golpe o roto un cristal durante el fin de semana… A veces son cosas que simplemente pasan, pero el vandalismo existe y ahí están los datos: 12’3 millones de conductores españoles admiten haber sufrido vandalismo en sus coches.
Son datos de un estudio de Línea Directa publicado este año en el que la mayoría de los conductores que aseguran haber sido víctimas de vandalismo han sufrido arañazos en la carrocería, daños en los retrovisores o rotura en la luna del coche, principalmente. La mayoría de ellos, el 90%, se producen en la calle, seguido de los aparcamientos públicos, y los autores suelen ser jóvenes.
No obstante, este estudio también señala que unos 850.000 conductores españoles admiten haber dañado de alguna manera otro vehículo intencionadamente. ¿Por qué? ¿Qué los lleva a cometer este tipo de actos? Pues la razón más habitual no es otra que la venganza personal, porque el otro vehículo estaba mal aparcado, o simplemente, ojo a aquí, porque el coche era nuevo. Pero no solo eso, casi un millón de conductores confiesa que han llegado a rayar su propio coche para poder pintarlo.
Son alrededor de 11’7 millones de conductores los que en alguna ocasión han sufrido algún tipo de desperfecto en su coche sin que el responsable de los daños haya dejado rastro o sus datos, impidiendo que se pueda reclamar a la aseguradora. Respecto a esto, el 11% de los conductores reconoce que en algún momento se ha marchado de un lugar donde ha provocado un accidente o un daño sin dejar sus datos, principalmente por entrar en pánico, porque les habían hecho lo mismo, o por no querer encarecer su seguro.
Cada año el vandalismo en los coches supone un coste de 930 millones de euros para las aseguradoras. Esto sin sumar las reparaciones que tienen que cubrir los propios conductores cuando no optan a indemnización si su póliza no cubre el desperfecto, pues en el 54% de los casos de vandalismo es el propietario del vehículo dañado el que tiene que hacerse cargo de los gastos de la reparación.