Todo el que conduzca, sea el tipo de vehículo que sea, sabe que toparse con una carretera repleta de baches es una tortura. Algo menos lo son aquellas que cuentan durante todo el trayecto con varios badenes o resaltos, que igualmente no dejan de ser bastante molestos al hacerte frenar y acelerar una y otra vez, ya que buscan eso, que no pises demasiado el acelerador en determinados tramos de carretera. No obstante, hay quien los coge como si no existieran, y más allá de rebotar, eso va haciendo mella en el vehículo.
Si se pasa rápidamente por ellos tanto el conductor como los pasajeros pueden llegar a sufrir algún golpe, especialmente si no se va bien sujeto por el cinturón de seguridad. Pero no son los únicos, ya que el coche también sufre lo suyo, en especial los amortiguadores, sobre todo a los coches más bajos. Por eso es tan importante ir siempre a la velocidad que indica la vía y, antes de encontrarnos con un badén, reducir la velocidad para pasar por ellos de forma suave sin ningún gesto brusco.
Y cuando se habla de reducir la velocidad es para hacerlo progresivamente, no de repente, pues en el último momento se hará de forma brusca y puede coger por sorpresa al coche de atrás, provocando un posible accidente que se podría haber evitado fácilmente.
Entre los consejos que se dan para pasarlos está no intentar esquivarlos para solo pasar con dos ruedas, pues eso impedirá que se reparta bien el peso, siendo perjudicial para los neumáticos y los amortiguadores. Por tanto, lo ideal es pasar con las cuatro ruedas a una velocidad moderada.
Otra de las claves es no pisar el embrague, pasar en punto muerto, o haciendo un cambio de marcha, ya que en ese momento el conductor pierde control sobre el vehículo. Además, el acelerador hay que volver a pisarlo una vez las ruedas traseras han pisado el asfalto y hay que hacerlo de forma progresiva, evitando cualquier tipo de acelerón, pues más allá de los amortiguadores o los neumáticos, también pueden sufrir lo suyo la dirección y los ejes.