Muchos elegimos el coche para viajar, es más, nos encanta. Los hay que se pirran por la velocidad y modificarían el Código de la Circulación para superar hasta la barrera del sonido. Aunque también disfrutan de los trayectos placenteros por un sinuoso camino al borde del mar con las ventanillas totalmente bajadas.
Otra cosa muy distinta es un embotellamiento, porque no le gusta a nadie. En Uppers hemos recopilado los errores habituales en atascos en autovía. Todos los años sucede. Queremos apurar hasta el mínimo segundo de nuestras vacaciones y salimos a la vez de las ciudades y además volvemos el último día. El resultado: la congestión de la carretera. También puede haber una avería, condiciones climáticas adversas, un accidente, obras, el traslado de mercancías complicadas y un sinfín de motivos que provocan un atasco.
Ahora bien, si te encuentras ya en faena, rodeado de coches parados en una carretera y no lo has podido evitar, respira profundamente, tómatelo con tranquilidad y filosofía porque lo importante es llegar y llegar bien. No te conviertas tú solo en un riesgo al volante y empeores la situación. Lo más importante es que contribuyas a la descongestión del tráfico. Sobre todo, recuerda no caer en estos errores que te vamos a describir a continuación:
Permanecer en un mismo carril es sinónimo de seguridad. Al cambiar a otro de forma continua pones en riesgo a los demás conductores, los alteras y los enfadas y puedes aumentar las posibilidades de que se produzca un accidente. Tampoco te quedes en medio de dos carriles por querer avanzar el primero e impedir que anden los demás vehículos.
Al avanzar en atasco los conductores pegan sus vehículos al de delante. Se confían y es el principal problema. De repente la fila avanza rápido pero también se frena de golpe. Al no guardar la distancia de seguridad se incrementa el riesgo de alcance.
Acelerar de forma exagerada para reanudar la marcha, del mismo modo que frenar bruscamente no contribuye a liberar la congestión sino todo lo contrario. Provoca que choques con el vehículo que te precede o que el de atrás te dé un golpe. Es más productiva una conducción suave y tranquila dejando la suficiente distancia de seguridad en todo momento.
Cuando permanecemos en un atasco al final nos confiamos y creemos que no es necesario señalizar las maniobras con los intermitentes porque se avanza despacio y nos van a ver. Pero, es la única forma de indicar a los demás nuestros movimientos para evitar sustos, como cuando queremos salir de la autovía o de una rotonda. Por seguridad siempre hay que señalizar.
Ponerse nervioso y tener prisa no sirve para nada. Mantener la calma, en cambio, nos va a ayudar a prestar más atención, poder anticiparnos a los movimientos bruscos o peligrosos de los demás y a que el tráfico sea más fluido. Ya que estamos atascados, hay que hacerlo bien, con tranquilidad y asumir la situación. No obstante, si ya has comprobado que los embotellamientos pueden con tus nervios, planifica los trayectos de otra forma, sal antes o después que todos los demás.
Recuerda que la mecánica del vehículo sufre con una conducción que no es la adecuada. En las retenciones en carretera, los conductores tienden a descansar el pie sobre el embrague, lo que provoca su desgaste de forma prematura. En situación de parada lo recomendable es situar el punto muerto y pisar el embrague únicamente cuando sea necesario para el desplazamiento.
Al igual que sucede cuando se descansa el pie sobre el embrague en situación de parada, la mecánica también se verá afectada con el avance en punto muerto en los casos en los que la inercia de la vía lo permite. Esta costumbre acabará con el coche en el taller.
Hoy día contamos con herramientas suficientes de navegación que nos muestran rutas alternativas, aunque sea a costa de carreteras secundarias o de hacer kilómetros de más. Vas a ganar en tranquilidad. Antes de salir de viaje consulta el estado de la circulación del trayecto que vas a emprender y si hay riesgo de atasco, no lo dudes, y busca otro que no tenga tanta afluencia de vehículos.