ISA. No, no es el baile ni la canción canaria que nos ayuda a completar algunos crucigramas. A partir de ahora vamos a oír hablar mucho de ISA, siglas que, traducidas del inglés, significa Asistente de Velocidad Inteligente. Suena algo marciano, pero la legislación europea y, por ende, la Dirección General de Tráfico (DGT), quiere que en 2022 todos los coches nuevos lo lleven instalado. Así que más vale que te vayas familiarizando con éste y otros temas asociados.
Ahora conocemos los dispositivos de velocidad de crucero adaptativa, los detectores de fatiga, los sensores que te muestran en el cuadro de mandos la velocidad máxima a la que puedes circular por la vía en la que estás, incluso algunos vehículos Premium ya te frenan un poco antes de llegar a una zona con un límite de velocidad menor a la velocidad que circulas en ese momento.
Pues el Asistente de Velocidad Inteligente es una nueva tecnología -no deja de ser un software- basada en un limitador de velocidad compuesto por diferentes sensores externos, que ayudarán a cumplir los nuevos límites de velocidad como los más restrictivos en vías urbanas e, incluso, respetará la prohibición de rebasar en 20 km/h la velocidad máxima para adelantar en vías convencionales. La labor de estos sensores es detectar e, incluso, interpretar, la señales de tráfico, sobre todo aquéllas que regulan los límites de velocidad en las distintas carreteras.
Los estamentos europeos competentes quieren que estas medidas a propósito de la regulación de la velocidad en los vehículos sean ley en todos los países miembros. Así, a partir de 2022 todos los vehículos que se homologuen deberán contar con el sistema ISA. Será en 2024 cuando ya todas las unidades que salgan de fábrica deban llevar montado este dispositivo.
Por tanto, la DGT aclara que todos aquellos vehículos que ya están en circulación no están obligados a llevar este sistema. Tampoco están obligados a llevarlo aquellos que se fabriquen antes de 2024.
En 2019 la Comisión Europea decidió meter mano en el Reglamento de Seguridad General para los vehículos nuevos y tomó la decisión de hacer obligatorios desde 2022 varios sistemas de seguridad y quizá el que más polémica va a traer es este ISA, por la intromisión que supone el hecho de que, llegado el momento, podría actuar como una especie de “gran hermano” y no dejarte sobrepasar los límites de velocidad en ningún caso. De momento, la idea es que advierta y desanime de sobrepasar el límite, pero con la misma tecnología se podrá impedir que se aumente la velocidad para exceder los límites legales.
La Comisión Europea ya determina que el ISA puede tener tres niveles de uso: el informativo y de asesoramiento, el de apoyo y advertencia, o el interviniente y obligatorio, que actuaría sobre la centralita y retrasaría mucho, de manera tecnológica, el acelerón del conductor para ganar velocidad, por ejemplo, en un adelantamiento que se torna comprometido por culpa de la intervención del sistema.
Una de las claves de este sistema ISA, tal y como está planteado ahora, es que no es un mero limitador de velocidad, sino un sistema inteligente que hará que los conductores sean en todo momento conscientes de que están acelerando por encima de los límites permitidos, y que estará activo desde el momento en el que el conductor arranque el coche. A falta de ver el documento final de manera oficial, está previsto que el sistema ISA se pueda desactivar o bien apretando un botón, bien ejerciendo una gran presión sobre el pedal del acelerador.
Todas las instituciones, nacionales y continentales, saben que la velocidad es uno de los principales factores que provoca accidentes en las carreteras. De hecho son varias las marcas las que ya han hecho pública su decisión de limitar de fábrica sus coches a 180 km/h de velocidad máxima.
En el mismo orden de cosas, más pronto que tarde, Europa prevé que, al igual que el ISA, serán obligatorios en los coches dispositivos como una caja negra al estilo de los aviones, el detector de fatiga y somnolencia, la frenada de emergencia, la cámara trasera para detectar peatones y tráfico cruzado, alertas de cambio involuntario de carril, de cinturón puesto en plazas traseras y otra que dará mucho que hablar: el bloqueo del vehículo si detecta que sobrepasas la tasa de alcohol en sangre mediante un alcoholímetro incorporado.