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De nuevo a vueltas con las rotondas. Nunca mejor dicho. Es un tema cíclico que cada equis tiempo se vuelve a poner de moda, generalmente, porque alguien ha hecho una burrada en una, ha hecho un recto salvaje o, simplemente, se ha liado parda por no conocer cómo movernos cuando estamos dentro de una, o simplemente cerca. Esta vez ha sido en Kentucky, Estados Unidos, donde “apareció” una rotonda de la noche a la mañana en un cruce y la que se montó ha sido de película.
En Estados Unidos lo habitual son cruces muy amplios y espaciosos, con los semáforos colgados de gruesos cables en lo alto de la intersección. Toparse de repente con una rotonda sembró el caos de una manera terrible, pues en vez de hacer la rotonda en sentido contrario a las manillas del reloj, la mayoría de coches se aproximaba al carril izquierdo y se metían en el carril contrario de ese lado tras girar. El vídeo habla por sí solo.
Desconocemos el porcentaje exacto, pero son bastantes los conductores que se pasan el código de circulación por el forro cuando llegan a una glorieta. La Dirección General de Tráfico (DGT) y la propia Guardia Civil intenta ponerlo fácil, aunque algunos ya se ponen a sudar frío solo con ver el anuncio de que se acerca una rotonda. En 2019 publicó un decálogo para terminar de una vez por todas con las dudas que el sentido común pudiera dejar vivas. Así que no está de más recordar un poco el concepto, como funcionan y lo básico que debemos saber al acceder y salir de una rotonda.
Y es que es la verdad y hay que reconocerla: llevamos más de un siglo conduciendo y aún hay mucha gente que duda la hora de entrar y salir de una rotonda con nuestro vehículo. Lo de la prioridad más o menos lo tenemos claro, pero lo de los intermitentes y, sobre todo, los carriles adecuados para sortear la glorieta de manera correcta, no termina de entrarnos en la cabeza.
Una glorieta es un tipo de intersección caracterizado por que los tramos que en ellas confluyen se comunican a través de un anillo en el que se establece una circulación rotatoria alrededor de una isleta central. Esto es así y no hace falta que la propia Guardia Civil lo remarque, como hace en sus comunicaciones periódicas.
Parece fácil, es más, lo es, y bien usadas, el tráfico fluye que da gusto en ellas. Sin embargo, y seguimos sin entenderlo, últimamente está de moda, al menos en grandes ciudades, poner varios semáforos en el interior del anillo, antes de la entrada a la misma de los carriles que surten de tráfico al círculo asfaltado, con el consecuente enquiste de coches en el interior y perdiendo la fluidez que generan las rotondas. Un sinsentido.
Por cierto que, por si había alguna duda hasta ahora, y tras ver el vídeo de Kentucky parece que al otro lado del charco la cosa no está demasiado clara, la circulación en una glorieta se mueve siempre en sentido contrario a las agujas del reloj.
En un cruce o intersección normal rige el principio de prioridad a la derecha. En una glorieta sin señalizar la preferencia siempre la tienen los vehículos que se encuentran circulando por el anillo circular respecto a quienes van a acceder a ella. En ocasiones existe señalización previa antes del acceso a la rotonda, debiendo los conductores hacer caso a la misma.
Hasta ahora muchos de nosotros lo tenemos controlado, pero… ¿en qué carril me sitúo? Fácil: Elige el que consideres que se ajusta mejor a la dirección que vas a seguir. Si, por ejemplo, vas a tomar la última salida, o bien el carril exterior está muy congestionado porque la mayoría de los vehículos van a tomar la siguiente salida, elige los carriles interiores. De esa forma, además, permitirás la incorporación a la glorieta de otros vehículos que están esperando.
Alguno ya está sudando frío de nuevo. Para acceder a la glorieta, aunque es obligatorio indicar el cambio de dirección a la derecha, en algún caso -sobre todo si la siguiente salida está muy próxima- no se recomienda su uso para evitar que los demás interpreten que va a tomar esa salida. Cuando circules por el interior, no lleves puesto el intermitente izquierdo para indicar que vas a continuar girando; utilízalo solo para efectuar los cambios de carril, y pon el indicador derecho para anunciar la salida. Eso sí, debemos señalizarlo con suficiente antelación, pero no antes de haber sobrepasado el eje longitudinal de la anterior salida, para evitar que se malinterprete nuestra intención y se crea que vamos a salir por ella.
Quién más, quien menos, ha visto a alguien, desde el carril más interior de la rotonda, salir directamente a saco por la salida más cercana atravesando de manera peligrosa uno o más carriles. Esta maniobra es la que más accidentes provoca y está totalmente prohibida, por mucho que señalices con el intermitente… a no ser que la señalización exprese convenientemente por medio de marcas viales esa posibilidad. Pero vamos, que si el carril exterior no estuviera ocupado, la norma te obliga a utilizarlo para abandonar la glorieta.
Hay otra situación tensa que la DGT también nos indica cómo solucionar. Y no es otra que cuando la salida que queremos utilizar está congestionada con los coches parados o casi detenidos, intentando salir también de la glorieta. “No debemos olvidar que el principio general de seguridad que ofrece este tipo de infraestructura es que la salida se efectúe desde el carril exterior”, se afirma desde la Dirección General de Tráfico.
“Si no has podido situarte a tiempo en el carril de la derecha, no te detengas en medio de la glorieta esperando a que te dejen pasar para salir. Y tampoco fuerces la salida cortando la trayectoria a los que están en el carril exterior. Recuerda: ¡No tienes prioridad! Da una vuelta más y procura situarte con suficiente antelación en el carril exterior”. Esto lo sabemos la mayoría, es de cajón, pero no es menos cierto que muchas veces forzamos la acción para que nos dejan entrar en un mínimo hueco. Como puedes comprobar, está mal hecho y es sancionable.