Hay gente que colecciona sellos. Otros, monedas de países. Alguno tiene una colección de cromos de fútbol espectacular. Imanes de nevera, dedales, postales… y Eric Clapton colecciona coches. Pero no coches cualquiera. Colecciona Ferrari. Está claro que siempre ha habido clases y este famoso Upper tiene el buen gusto y el poder adquisitivo suficiente como para atesorar en su garaje unos cuantos “cavallinos rampantes” que harían las delicias de prácticamente todos los que leemos esto.
El conocido músico, famoso entre innumerables éxitos por “Tears on Heaven”, no se conforma no sólo con cualquier coche, ni siquiera con cualquier Ferrari. Debe ser de los Ferrari más exclusivos que existan. Es más, para que veáis hasta donde llega su fanatismo por la marca de Maranello, Clapton tiene hasta un Ferrari creado especialmente para él, con sus iniciales y todo, el Ferrari SP12 EC, que es una especie de simbiosis entre el 512 BB y el 458 Italia. Se comenta en los mentideros de los coches deportivos que le costó 5 millones de euros…
Pero el dicho de “antes de entrar, dejen salir”, también afecta al bueno de Clapton. Hace poco, coincidiendo con su 75 cumpleaños, “Mano lenta” decidió poner a la venta su Ferrari F40, seguramente, por ser de los más vulgares, sino el que más, que guarda bajo llave.
Además, el mes pasado, no sabemos si por querer tener cash en el bolsillo o por hacer hueco a una nueva joya, también puso a la venta otro de sus cavallinos, el 599 GTB Fiorano, por el que se piden cerca de 90.000 libras, en torno a 100.000 euros en números redondos.
Pero no perdamos de vista lo importante. El bueno de Eric es uno de los pocos afortunados en el mundo que puede conducir dos auténticas joyas sobre ruedas de la automoción, el 365 GTC de los años 60 y el Ferrari 250 GT Lusso de 1964, del que sus allegados dicen que es su favorito, más incluso que el 365 GTC. Sólo se fabricaron 350 unidades del 250 GT Lusso, con un increíble motor V12 “Columno”.
Incluso hay un tercero en discordia que puede luchar por ser el más codiciado ahora mismo en el mundo, y es un Ferrari Enzo del que sólo se fabricaron 400 unidades y que el propio guitarrista fue a recoger a la factoría transalpina… y salió con él puesto, conduciéndolo él mismo hasta su casa en Gran Bretaña. A la altura de París le pusieron una multa histórica, por ir a 230 km/h cuando la velocidad máxima permitida era de… 50 km/h.
Por supuesto, Eric tiene otras maravillas menos exclusivas, pero no por ello menos potentes o deseables, como el 612 Scaglietti, que suele utilizar más a menudo. Tampoco falta un 512 BB, un 250SWB, el 575M, un Dino, un 360 Spyder…
Por último, no es que se avergüence de ello, pero no es menos cierto que el coleccionista de Premios Grammy –ha ganado 18- tiene coches de otras marcas, aunque obviamente pueden pasar desapercibidos al lado de los Ferrari. Sin embargo, no son moco de pavo algunos como un Ford Victoria de 1932, un Ford Roadster también de 1932, un Ford Coupé de 1949, una Chevrolet Pick up del mismo año, un Porsche 911 (997) y hasta un mini Cooper Radford, que al parecer le fue regalado por el mismo George Harrison.
Cuenta la leyenda que fue Harrison, ex componente de Beatles, el que inició en la “secta” de los coches caros y deportivos a Clapton, presentándose en su casa allá por los años 60 con un Ferrari 365 GTC azul que fue el que desencadenó la “enfermedad” de Eric por los Ferrari. De aquellos polvos, estos lodos… y bendita colección la de este apasionado de la música y de los coches deportivos.