Los cuidados son vitales para alargar o acortar la vida de nuestro coche. De la misma forma que mantenemos los neumáticos con la presión adecuada o el nivel del aceite, también debemos prestar mucha atención a cómo lavamos el vehículo, ya que hay ciertas prácticas que pueden dañarlo.
Toda tarea requiere de cierto conocimiento y habilidad. El lavado del automóvil no es menos. Hay que tomárselo en serio para que nuestro esfuerzo no caiga en saco roto. Y es que lavar el coche no es una cuestión simplemente estética. La limpieza forma parte del mantenimiento de cualquier vehículo. Y no solo en los primeros años de vida, cuando más mimo empleamos en su cuidado. Es un proceso clave evitar que se dañe la carrocería o el chasis. Lavando el coche evitaremos corrosiones y crearemos un ambiente más cómodo en el interior. Tanto para el conductor como para el resto de acompañantes.
Puedes optar por un autolavado (también es bueno este método), pero queremos que conozcas también cómo lavar el coche a mano. Un proceso más minucioso y con el que lograrás un resultado perfecto. A veces, aplicar el sentido común es el mejor de las estrategias y, tanto en el cuidado del coche como en cualquier aspecto de la vida, darle al coco te evitará problemas. Aquí tienes los 10 errores más comunes a la hora de lavar el coche (y cómo aprender a hacerlo bien…).
La climotología puede ser muy adversa con el lavado del coche. Lavar el coche a pleno sol puede hacer que el secado sea demasiado rápido, cuando aún estás enjabonando. Pensar que la lluvia arrastrará la suciedad de la carrocería de tu coche es simplemente ser demasiado ingenuo: la lluvia arrastra todo tipo de partículas desde arena en suspensión a los agentes minúsculos de la contaminación atmosférica. La lluvia dejará tras de sí un manto herrumbroso que nada tiene que ver con el brillo de un coche recién lavado.
¡Cuidado! Los productos que usas para fregar los platos pueden ser demasiado agresivos con la pintura del coche y rallarla. Mejor utilizar productos específicos para el lavado del coche, a la venta en centros de bricolaje y centros del automóvil.
Esto no es el suelo de una casa… Es necesario utilizar un cubo con agua jabonosa y otro con agua limpia, que además debe cambiarse a menudo.
La gravedad es una ley física que interviene también en el lavado de los coches. Imprescindible lavar los coches siempre de arriba abajo para que el agua vaya arrastrando la suciedad y no expandiéndola.
Las ruedas están en permanente contacto con el asfalto y, por tanto, son la parte que más se ensucia. No olvides lavarlas y eliminar los restos de barro que pueda haber en ellas.
La manguera puede ser una buena ayuda para lavar el coche en el jardín, pero no dejes corriendo el agua porque es un desperdicio que el Planeta no te va a perdonar.
Al igual que hacen en los lavaderos automáticos de coches, protege la antena de tu coche con un poco de cinta de carrocero.
Un error muy común al lavar al coche que se debe a la pura impaciencia por terminar cuanto antes. Si abres las ventanillas del coche antes de que los cristales estén secos, el agua escurrirá por las puertas dejando un rastro de suciedad.
Esas pobres olvidadas nos protegen de la electricidad estática y recogen todo aquello que se nos cae, incluida la suciedad de la calle que introducimos en el coche con nuestro calzado. No olvides limpiarlas en profundidad con un aspirador mejor que sacudirlas a lo loco.
Es verdad que lo tocamos a menudo y parece no estar nunca sucio del todo. Pero la suciedad que arrastramos en las manos es una gran fuente de gérmenes que quedan ahí depositados. Pasa una bayeta húmeda por el salpicadero, si es posible con una solución ad hoc desinfectante.