El verano es la época del año en la que se producen más desplazamientos por carretera. De acuerdo a los datos de la DGT (Dirección General de Tráfico), entre los meses de julio y agosto del año pasado se produjeron aproximadamente unos 90,8 millones de desplazamientos en nuestras carreteras, una cifra que supera en más de un 9% a los datos registrados en 2020 y que se mueve en términos semejantes a los alcanzados antes de la pandemia de la Covid-19.
De cara a este 2022, las previsiones de la DGT apuntan a que entre julio y agosto se producirán alrededor de 93 millones de desplazamientos de largo recorrido, un 2,4% más que en el mismo periodo de 2021. Ante este incremento, resulta imprescindible que los conductores se aseguren de que su coche se encuentra en buen estado para aumentar su seguridad y reducir el riesgo de sufrir algún percance o accidente, sobre todo si están pensando en viajar durante varios kilómetros.
En este sentido, una de las partes que conviene revisar antes de iniciar cualquier tipo de viaje son las ruedas y, de manera más específica, su presión, ya que circular con unos neumáticos desinflados o demasiado inflados puede hacer que nuestra circulación sea mucho más irregular y peligrosa.
En concreto, circular con unos neumáticos con una presión en unos niveles inadecuado aumenta el riesgo de que se pierda el control del vehículo, reduce la eficacia del combustible, incrementa el desgaste de los elementos de suspensión, reduce el agarre y control del vehículo y puede provocar un desgaste prematuro de las ruedas e incluso un reventón, entre otros, un conjunto de problemas que, en definitiva, hacen que nuestra circulación por la carretera sea mucho más peligrosa tanto para nosotros como para el resto de conductores.
Para evitar todos estos problemas, es imprescindible que comprobemos regularmente que nuestras ruedas están correctamente hinchadas.
En este sentido, los expertos recomiendan que, como mínimo, revisemos la presión al menos una vez al mes, aunque lo ideal es que realicemos estas comprobaciones cada quince días.
La presión recomendada de los neumáticos varía dependiendo tanto del tipo de rueda como del tipo de vehículo. Por ello, si queremos saber cuál es la indicada, debemos revisar la recomendación del fabricante, que se puede encontrar, generalmente, en el libro de instrucciones del automóvil y que dará recomendaciones tanto para las ruedas traseras como para las delanteras y las de repuesto.
Una vez hayamos encontrado el dato, podremos medir la presión de nuestras ruedas con un manómetro digital o de tipo palo o, en su defecto, con un indicador de presión de cuadrante. Para utilizar cualquiera de estos instrumentos, deberemos quitar el tapón de la válvula del neumático e introducirlos, asegurándonos de que estén bien presionados contra ella. Tras esto, tan solo tendremos que leer los números que nos marquen y, en caso de que sea necesario, quitar o aumentar la presión de las ruedas.
A la hora de tomar la presión de las ruedas de nuestro coche, además, debemos tener en cuenta que tenemos que hacer esta operación con el vehículo estacionado, con el motor apagado y el freno de mano accionado. Además, es recomendable que se intente medir la presión con los neumáticos en frío, preferiblemente a primera hora de la mañana o, en su defecto, tres horas después de haber conducido.