La rotonda más grande de Europa está en España y rodea una montaña mágica

España es un país lleno de rotondas, solo hay que salir a la calle para comprobarlo. Con datos de inicios de 2020, en nuestro país existían más de 80.000 glorietas, una cifra que tres años después probablemente haya aumentado. Esto se traduce en que, por cada millón de habitantes, en España hay 591 rotondas, un dato que solo supera Francia, con 967 rotondas por cada millón de habitantes. Pero, aunque nuestros vecinos nos ganen en eso, la rotonda más grande de toda Europa es nuestra, está en España.

España tiene el honor de tener entre nuestras fronteras la rotonda más grande del continente, y con diferencia, aunque hay mucho más, pues no es una simple glorieta más, sino una especial a la que rodea un paraje singular, único y que hace disfrutar del recorrido a los conductores y al resto de los pasajeros. ¿Dónde está? ¿Qué es lo que la hace tan especial más allá de su tamaño?

La rotonda más grande de Europa está en Extremadura, en la provincia de Badajoz, concretamente en la comarca de La Siberia, a orillas del río Zújar. Allí se encuentra el cerro Masatrigo, una montaña de 400 metros de alto y 1’3 kilómetros de ancho. Una montaña que no solo está rodeada por el agua, sino también por el asfalto de una carretera que la rodea por completo en un único sentido, formando lo que es, la rotonda más grande de Europa por su forma perfectamente redondeada.

No obstante, aunque se le haya atribuido este título, no está señalada en ningún lado como rotonda y tampoco hay ninguna señal en la zona que así lo certifique, pero sí lo es a efectos de tráfico.

Además de su tamaño, la montaña que hay en el centro, Masatrigo, a la que muchos conocen como el Cerro Mágico, es lo que le da ese toque diferente y especial. Una carretera a la que se accede por dos puentes, uno en cada extremo, que permiten transitar por encima del agua del embalse de La Serena. Un paisaje único que ha hecho que se convierta en escenario de anuncios de coches.

No obstante, sus 1’3 kilómetros se quedan cortos para ser la rotonda más grande del mundo, un puesto que se lleva una glorieta de Malasia, muy cerca de Kuala Lumpur, que abarca más del doble que la rotonda extremeña, uno 3’5 kilómetros de longitud, lo que la convierten en la mayor de nuestro planeta.