¿Fernando Alonso puede ser campeón del mundo en 2023? ¿Y en 2024?

Bahrein, Arabia Saudí, Australia… los tres primeros grandes premios de 2023 se han resuelto con idéntico e inesperado resultado para Fernando Alonso. Tres carreras, tres podios, tres terceros puestos, con 45 puntos en el casillero, tercero del mundial, sólo por detrás de los dos pilotos de Red Bull, el actual campeón Max Verstappen y Sergio Pérez, que cuentan con el mejor coche de la parrilla, de momento, muy superior a todos los demás equipos.

Nadie, en su sano juicio, habría apostado ni medio céntimo esta pretemporada por predecir estos resultados. Y aquí están. El Aston Martin ha pasado en un abrir y cerrar de ojos de ser uno de los coches que cerraban la parrilla a no bajarse del podio. Eso sí, cuando a sus mandos está el meteorito asturiano, porque su compañero, Lance Stroll, hijo del dueño de la escudería, aún no ha pisado podio.

Y es que, después de equivocarse una y otra vez en sus cambios de escudería, sorprende que, cuando todo el mundo daba por hecho que iba a acabar su carrera luchando por no caer eliminado en la Q1 como máxima meta, está estrechando la mano de Max Verstappen en el podio en todas las carreras disputadas hasta ahora. 

Alonso es el único que se ha subido con él a los tres podios de las tres carreras disputadas hasta ahora, en escenarios tan distintos como Bahrein, con el asfalto más abrasivo del Mundial y donde cuidar la degradación de los neumáticos es importante, Arabia Saudí, con nula degradación y facilidad para adelantar, o en Melbourne, trazado semi urbano con hasta cuatro rectas pero difícil para superar adversarios en pista. Y en todos ellos no sólo el Aston Martin se ha demostrado consistente, sino que, en manos de Fernando Alonso, ha sido capaz de subir al podio, siempre por delante de Ferrari, mano a mano con Mercedes, y siempre por detrás de unos ¿inalcanzables? Red Bull.

Favoritos para revalidar el título

Desde luego, por experiencia y saber hacer al volante no va a quedar, pero en este tipo de deportes, donde la máquina es siempre fundamental, es difícil sobreponerse a la inferioridad mecánica por mucho talento que atesores. Y a pesar de la mejora sustancial del Aston Martin de un año para otro, un auténtico milagro para los entendidos y los meros aficionados, el Red Bull parece estar en otra galaxia. Han ganado las tres carreras disputadas hasta ahora, dos para Verstappen, una para Checo Pérez, y la fiabilidad no parece que vaya a ser un quebradero de cabeza para Adrian Newey y compañía.

Así pues, siendo coherentes con lo visto hasta ahora, las probabilidades de que un coche distinto a Red Bull sea campeón del mundo son entre bajas y muy bajas. Aún así, en esta ocasión, nunca se sabe, quedan 20 carreras aún y el medio céntimo que al principio del artículo decíamos que no habríamos arriesgado, ahora, por si acaso, puede que nos lo jugásemos. Nunca se sabe cuando va a sonar la flauta.

Es cierto que, contando la carrera de este domingo en Bakú, quedan 20 grandes premios, 520 puntos en juego (25 por carrera más uno extra por la vuelta rápida), pero ahora mismo se puede afirmar que hay más de medio segundo de diferencia entre Red Bull y sus inmediatos seguidores, Mercedes y Aston Martin, quedando Ferrari un poco más retrasado. La evolución durante la temporada de los coches y todas sus piezas es constante pero, generalmente, las diferencias son mínimas porque todos mejoran prestaciones. Tú puedes mejorar el coche 7 décimas pero si tu rival lo mejora 4, esa ganancia es de sólo 3 décimas por vuelta y seguirías estando detrás.

Perspectivas halagüeñas

En cualquier caso, el Aston Martin es el único coche creado desde cero este año en toda la parrilla, todos los demás son evoluciones del coche del año pasado. Esto lo que quiere decir es que es el coche con más margen de mejora y donde se puede trabajar y mejorar en muchas áreas, también será fácil que, algún paso hacia adelante, sea hacia atrás, pero el túnel del viento parece que está funcionando bien y los datos cosechados se reflejan perfectamente en pista.

En el mes que ha habido de parón hasta Bakú, cuarta carrera del Mundial, este fin de semana, todos los equipos han aprovechado para investigar y todos llevan mejoras en esta cuarta cita del Mundial. De esto dependerá mucho ver si habrá emoción en 2023, sobre todo si Mercedes, Ferrari y Aston Martin dan con la tecla, o Red Bull seguirá dominando con mano de hierro. Eso no quita que haya circuitos, peculiares, como Mónaco, Singapur, quizá alguno más, en los que el coche y el motor no son tan importantes y sí lo son las manos del piloto. De hecho, no descartemos, aquí si habría que apostar, que Fernando Alonso pueda ganar en las abigarradas calles del Principado su primera carrera este año, sí, la célebre número 33.

Visto que hay pocas opciones, aunque alguna hay, de ser campeón del mundo en 2023, tenemos que irnos a 2024, la temporada que viene, dónde Fernando seguirá con contrato y conduciendo su Aston Martin. La escudería tiene recursos de sobra para poder seguir desarrollando el monoplaza y mejorando con tranquilidad el proyecto, y quizá en 2024, sin un cambio de reglamentación importante, sí que se pueda estar a la altura de la escudería de la bebida energética si se continúa con la evolución vivida hasta ahora. 

Queda mucho tiempo, es pura especulación, pero si seguimos hablando en términos de apuestas, arriesgaría mi dinero con mejor criterio en 2024 para que Alonso sea campeón del mundo por tercera vez, que lanzarme a la piscina y establecer esa predicción para 2023. En cualquier caso, en la F1 más que en cualquier otro deporte, el vuelo de una mariposa en el Mar del Japón puede causar un terrible huracán en Europa. Peores cosas se han visto, que se lo digan a Bernie Ecclestone. Entonces…

¿Podría ser campeón Fernando Alonso en 2023?

¿Podría pasar? 

Podría pasar.