Multas progresivas: ¿qué son y cuál es la probabilidad de que lleguen a España?
Ana de la Hoz GonzálezMadrid
En algunos países la multa es mayor todavía si conduces ebrio y tu sueldo es elevado.
El sistema español es proporcional, cuanto mayor es la gravedad de la infracción más elevada es la cuantía económica y más los puntos que se retraen del carné
En varios países de Europa se aplica el sistema de multas progresivas prácticamente desde que se implantaron los primeros carnés de conducir
En otros países el funcionamiento es distinto ya que se aplican las multas progresivas. En Uppers hemos consultado qué son las multas progresivas, dónde se aplican y si está previsto que en nuestro país haya cambios en esta dirección.
La base de las multas progresivas está en que las sanciones económicas se establecen en función de los ingresos y las rentas de aquel que ha cometido la infracción. De este modo, cuanto más gana o mayor poder adquisitivo tiene el infractor, más paga.
Dónde se aplican las multas progresivas
Este sistema se estableció a principios del siglo pasado en ciertos países, prácticamente a la par que la popularización de los vehículos por las calles de las ciudades. Así, en Reino Unido, en Suiza, en Dinamarca, en Suecia y en Finlandia los conductores están sujetos a las multas progresivas.
Finlandia: en este país el sistema arrancó en 1921. Según el Código Penal de Finlandia el importe de una sanción debe ser razonable. Cada multa se define en función de la capacidad de pago del infractor y se calcula según la “sexagésima” parte de sus ingresos medios mensuales, entre otros aspectos.
Suecia: este método de las multas progresivas se aplica en Suecia solo cuando el conductor comete una infracción grave, como conducir bajo los efectos del alcohol. En cuanto a las infracciones que el código de circulación en este país considera menores el importe económico es el mismo para todos.
Dinamarca: tiene implantado este sistema, sin embargo, están definidas unas serie de bonificaciones en el caso de las multas por exceso de velocidad, ya que se rebaja el importe en un 50% cuando los ingresos del infractor no superan los 1.293 euros mensuales o los 15.514 euros anuales.
Gran Bretaña: el sistema británico en cambio sólo se fija en los ingresos del infractor en un caso concreto: cuando recurre una multa por exceso de velocidad y para ello niega los hechos y alega su inocencia. En la resolución del caso, si el juez lo declara culpable fija la multa según sus ingresos semanales y en función de la velocidad a la que conducía y en cuántos kilómetros ha superado el límite.
Suiza: se emplea un sistema que comparte aspectos con varios de los ya explicados. El Código Penal suizo establece una sanción de un mínimo de 30 francos y un máximo de 3.000 francos. Las multas pueden reducirse hasta los 10 francos en las ocasiones en las que el conductor se encuentra en una situación personal y económica comprometida. En el otro extremo, cuando el caso llega a juicio porque el infractor recurre la multa que le hayan impuesto, si fuera declarado culpable el juez tiene la posibilidad de concretar la cantidad sopesando sus ingresos y sus rentas.
En nuestro país no se aplican las mismas premisas donde las multas varíen en relación con las ganancias de los infractores. La norma dicta que son proporcionales, lo que significa que ante mayor gravedad de la infracción más elevada es la cuantía económica y mayor es el número de puntos que se retraen del carné.
Según declaraciones de los responsables de la Dirección General de Tráfico (DGT) el sistema en España es progresivo y se basa en el carné por puntos como un elemento de equilibrio legal. La DGT tampoco cree necesario llevar a cabo un cambio de este tipo. Además habría que resolver la ralentización administrativa que conllevaría la aplicación de las multas progresivas, al igual que los posibles recursos de los infractores si considerasen injustas las sanciones.
De todos modos, en nuestro país se emplea un procedimiento parecido cuando en los casos en los que la infracción, debido a su gravedad, deja de ser administrativa para convertirse en penal. Un ejemplo, son las sanciones por traspasar los límites de velocidad de forma excesiva. Al final del proceso judicial el juez tiene la posibilidad de adaptar la multa valorando las circunstancias y la gravedad de la infracción, la reincidencia y los daños causados junto a sus ingresos y sus rentas.