¿Qué rueda aumenta el riesgo de accidente en caso de pinchazo?

En la autoescuela nadie te prepara para reaccionar ante un pinchazo de rueda de coche. ¿Qué ocurre si te pasa en plena conducción? ¿Cómo reaccionará tu vehículo? ¿Y tú? 6 de cada 10 de los conductores ha conducido con una rueda pinchada alguna vez.

Te das cuenta de que un neumático está ligeramente deshinchado. ¡Y descubres que está pinchado! Muchas personas no reaccionan de inmediato para repararlo. Sin embargo, los riesgos a los que se exponen son mortales.

  • Un pinchazo de rueda de coche compromete la puesta a punto del vehículo. La mecánica sufrirá mucho más.
  • Además, la conducción podría ser más incómoda. Lo notarás en la amortiguación o dirección del vehículo.
  • ¡Sin mencionar tu seguridad! El riesgo de un reventón que te desplace del carril es alto.
  • También aumenta el tiempo de respuesta de los reumáticos. Esto afectará a la frenada de emergencia.

El peligro que supone conducir con una rueda pinchada dependerá del neumático que esté afectado y también del tipo de tracción que tenga el coche: delantera, total o trasera. La combinación de ambos factores nos indicará cuál es la rueda que nos puede poner en una situación de mayor peligro en caso de pinchazo.

Coches con tracción delantera

La mayoría de los coches que circulan por las carreteras de nuestro país son de tracción delantera. En este tipo de vehículos lo menos peligroso es que el pinchazo sea en una rueda trasera, ya que al aminorar la velocidad al darnos cuenta del accidente estamos traspasando el peso del coche al eje delantero. De este modo, el vehículo mantiene la dirección, lo que nos permitirá reducir la velocidad hasta detenernos en un punto de la vía que no obstaculice a los demás usuarios.

En cambio, si la rueda deteriorada fuese la delantera izquierda el peligro sería mucho mayor. Por un lado, resulta mucho más complicado dominar el coche y, por el otro, existiría el riesgo de invadir el carril contrario -si estamos circulando por una carretera de doble sentido- con el consecuente peligro de colisionar con otros vehículos.

En coches de propulsión

En un coche de propulsión (en general, los deportivos y muchas berlinas alemanas) la fuerza se transmite a las ruedas traseras, y esto significa que una rueda trasera pinchada va a afectar a la capacidad de tu coche de seguir la trazada y a tu habilidad para mantenerte en la carretera. La pérdida de tracción en una rueda trasera te mete de repente en una situación límite en la que, en general, verás cómo el coche tiende a irse hacia el lado contrario al de la rueda pinchada.

Si en ese mismo coche de propulsión pinchas una rueda delantera, lo más probable es que la pelea con el volante sea para evitar que el coche se te vaya hacia el mismo lado de la rueda pinchada. Sin embargo, esto último suele resultar menos peligroso, ya que la mayoría de los conductores controlan mejor un coche que subvira (se va de morro) que uno que sobrevira (el que se descontrola es el eje trasero).

Es decir, que por orden de peligrosidad, en un coche de 'tracción trasera' lo peor sería que pincharas la rueda trasera derecha, ya que el coche se te puede ir hacia la izquierda y hacerte invadir el carril contrario. Y el segundo mayor peligro sería que la rueda que perdiera aire fuera la delantera izquierda.

Tracción total

¿Y qué pasa con los de tracción total? Pues que en ellos el impacto en la estabilidad del coche al sufrir un pinchazo o reventón es menor porque la fuerza se transmite a todas las ruedas. Si el coche tiene fijada en ese momento la tracción total nos queda todavía tres ruedas que reciben la potencia del motor. Y si se trata de un coche que activa la tracción total sólo cuando lo necesita, el coche mantiene la tracción en la rueda contraria al pinchazo y al mismo tiempo deriva de forma instantánea la fuerza al otro eje, por lo que también tenemos menos peligro.