Mantener las ruedas de nuestro coche en buen estado es fundamental para poder conducir con seguridad. Sin embargo, no siempre sabemos cuando debemos cambiarlas por unas nuevas.
A pesar de que la duración de nuestros neumáticos se ve afectada por nuestro método de conducción, el clima o por los terrenos por los que solemos movernos, lo cierto es que antes o después a todos nos toca cambiarlas. Por muy cuidadosos que seamos al volante, el paso del tiempo hace que las ruedas se desgasten y pierdan lentamente sus facultades, hasta que llega un punto en el que se convierten en un peligro de seguridad vial.
Para no llegar a este extremo, es importante que revisemos el estado de nuestros neumáticos con frecuencia, pero ¿cómo podemos saber cuándo toca cambiarlos? Para ayudarnos a identificar este momento, el concesionario Confortauto Hankook Masters ha compartido cuatro síntomas de deterioro que nos indicarán que ha llegado la hora de sustituirlos.
La banda de rodadura de los neumáticos es la pieza que está en contacto con el asfalto. Su función es desviar el agua para mejorar la tracción de nuestro vehículo, por lo que no es de extrañar que debamos fijarnos en ellas para asegurarnos de que conducimos con total seguridad.
Uno de los aspectos que mejor nos advierte de que es el momento de cambiar de ruedas es la profundidad de esta pieza. Por lo general, las bandas de rodadura en buen estado suelen tener una profundidad de entre 7 y 9,5 mm, pero con el paso del tiempo esta cantidad va disminuyendo.
La profundidad mínima legal en Europa es de 1,66 mm, así que, si los surcos de tus neumáticos tienen menos, debes cambiarlos inmediatamente. No obstante, los expertos recomiendan no apurar tanto nuestras ruedas y sustituirlas cuando la profundidad de la banda de rodadura sea inferior a 3 mm.
Para comprobar la profundidad, basta con introducir una moneda de un euro en el fondo de las ranuras. Si al sacarla las marcas son visibles, no hay duda: toca cambiar.
Otro síntoma de que debemos cambiar nuestros neumáticos aparece cuando vemos un desgaste asimétrico en la banda de rodadura, ya sea en el centro o en los bordes. Normalmente, estas señales se deben a un problema mecánico, como puede ser un fallo de suspensión, equilibrado o suspensión.
No obstante, en ocasiones también pueden aparecer por haber circulado con una presión inadecuada. Para ahorrarnos este problema, es recomendable que revisemos la presión de nuestros vehículos al menos una vez al mes para comprobar que sigue en los parámetros recomendados por el fabricante. Además de evitar un posible desgaste, también mejoraremos la vida útil de nuestros neumáticos y nuestra seguridad al volante.
Los pinchazos y los golpes contra los baches y bordillos pueden dañar nuestras ruedas. Sin embargo, muchas veces no nos damos cuenta de que han sufrido daño hasta que llegamos a nuestro lugar de destino.
En el caso de los pinchazos, es imprescindible que cambiemos o reparemos los neumáticos cuanto antes para poder circular con seguridad, mientras que en el caso de las colisiones debemos comprobar nosotros mismos su gravedad. Si reconocemos alguna abolladura, rozadura, grietas o pliegues en las gomas, tendremos que cambiarlos; si no, podremos seguir con ellos.
Las vibraciones son uno de los problemas más molestos a los que podemos enfrentarnos mientras conducimos, especialmente porque suelen aparecer cuando circulamos a gran velocidad.
Normalmente, estos problemas aparecen cuando superamos la barrera de 90 km/h y, en la mayoría de los casos, se produce por algún problema en los neumáticos, ya sea de alineado o de presión. Por ello, si lo notas, revísalos: es probable que tengas que cambiarlos.